EL VATICANO ESTÁ EN DESACUERDO CON CASTIGAR POR LEY
A LOS QUE NIEGUEN EL HOLOCAUSTO
Ubicación de los campos de exterminio durante el IIIer. Reich |
Redacción | Publicado el 19 octubre, 2010
La propuesta de castigar la negación del Holocausto por ley efectuada el pasado viernes por el presidente de la comunidad judía de Roma, Riccardo Pacifici, no ha sido bien recibida por la Santa Sede, que asegura en su diario oficial que esa “no es la vía correcta”.
El Vaticano abre el debate de si se debe castigar por ley o no a los que niegan el Holocausto, en un artículo que saldrá publicado en su diario oficial L´Osservatore Romano y titulado “La historia no es cierta por ley. Dudas de la comunidad intelectual sobre la propuesta de introducir en Italia el delito de negacionismo”.
“Negar el Holocausto es un hecho gravísimo y vergonzoso, pero prohibir por ley a quien sostiene esta tesis y establecer lo que es históricamente cierto a través de una norma jurídica no es la vía correcta. Es más, sería contraproducente: en democracia la censura no es un medio correcto”, sostiene el rotativo.
Este argumento es, “en síntesis, la reacción de los historiadores a la propuesta de introducir en Italia el delito penal de negacionismo”, añade L´Osservatore.
La propuesta fue realizada por el presidente de la comunidad judía de Roma a través del diario La Repubblica, en vísperas del aniversario de la deportación de los judíos acaecida el 16 de octubre de 1943.
Pacifici hizo este llamamiento tras varios episodios de negacionismo, como el discurso pronunciado por el profesor Claudio Moffa en la Universidad de Teramo, en el que dijo que “no hay ningún documento de Hitler en el que dijese que había que exterminar a todos los judíos”.
La petición fue recogida por el presidente de la Cámara de Diputados, Gianfranco Fini, quien manifestó su apoyo para preparar “lo más pronto posible una iniciativa legislativa que luche contra los irresponsables profetas del negacionismo”.
Asimismo, el presidente del Senado, Renato Schifani, mostró su disponibilidad para discutir en breve tiempo la propuesta legislativa.
“La posición de la mayoría de los historiadores se contrapone a las apreciaciones del mundo político”, subraya L´Osservatore Romano.
Dada la estupidez y la miopía del L'Observatore Romano, órgano oficial del Vaticano, me permito hacer una breve síntesis de los pensamientos del propio Hitler con respecto a los judíos, España, el Islam y la Iglesia.
Lo que opinaba Hitler sobre los judíos y la “solución final”
El primer testimonio de Hitler sobre la cuestión judía se encuentra en una carta escrita en septiembre de 1919: utilizando la terminología biológica que frecuentemente desplegaría, declaró que las actividades de los judíos «producían «una tuberculosis racial en las naciones». Afirmó categóricamente que los judíos eran una raza, no una religión. El antisemitismo como movimiento político, declaró, debería basarse en la «razón», no en la emoción, y debería conducir a la eliminación sistemática de los derechos de los judíos. Sin embargo, concluía, el «objetivo final», que sólo podía alcanzarse con un gobierno de «fortaleza nacional» tenía que ser la «eliminación completa de los judíos».
· Ian Kershaw, «El papel de Hitler en la Solución Final», en Hitler, los alemanes y la Solución Final, La Esfera de los Libros, Madrid, 2009, pág. 155.
«...bajo su punto de vista los judíos eran los responsables de los crímenes más terribles de todos los tiempos -por la «puñalada en la espalda» de 1918, la capitulación, la revolución, la desgracia de Alemania-; ya que bajo su pervertida percepción eran los principales protagonistas del capitalismo de Wall Stret y de la City de Londres, así como del bolchevismo de Moscú; y ya que, según su creencia en la leyenda de la «conspiración judía mundial», siempre estarían bloqueando su camino y representarían el enemigo más peligroso para sus planes, lógicamente esa guerra no podía ser otra cosa que una guerra contra los judíos.»
· Ian Kershaw, «El papel de Hitler en la Solución Final», en Hitler, los alemanes y la Solución Final, La Esfera de los Libros, Madrid, 2009, pág. 159.
Con su ascenso al poder el 30 de enero de 1933, su Weltanschauung, ante todo un conjunto de objetivos visionarios, sirvió para integrar las fuerzas centífugas del nazismo, para movilizar a sus activistas y para legitimar determinadas iniciativas políticas llevadas a cabo siguiendo, de una forma u otra, su voluntad. Entre tales objetivos estaba la eliminación de los judíos, idea que supo manejar con criterio táctico a lo largo de su carrera. Así, Hitler intervenía para canalizar los ataques en forma de una legislación antijudía tremendamente discriminatoria, aplacando en cada fase a los radicales y progresando en la radicalización de las medidas adoptadas. Existía, por lo tanto, una «dialéctica» continua entre acciones «salvajes» desde abajo y discriminación orquestada desde arriba. Cada fase de radicalización era más intensa que la que la precedía. De esta manera, la inercia no se desvanecía nunca.
· Ian Kershaw, «El papel de Hitler en la Solución Final», en Hitler, los alemanes y la Solución Final, La Esfera de los Libros, Madrid, 2009, pág. 180-181.
Mein Kampf
"Así, desde el momento en que el judío no poseyó jamás una cultura propia, las bases de su actividad intelectual fueron suministradas siempre por otros. En todos los períodos, su intelecto se ha desarrollado merced al contacto con las civilizaciones que le rodeaban. Jamás ha ocurrido de modo contrario”.
"...Para poder continuar subsistiendo como un parásito dentro de la nación, el judío necesita consagrarse a la tarea de negar su propia naturaleza intima”.
"El judío ahuyenta por la fuerza a todos sus competidores”.
"Creo hoy que estoy actuando de acuerdo con el Creador Todopoderoso. Al repeler a los judíos estoy luchando por el trabajo del Señor".
"Es indudable que los judíos son una raza pero no son humanos"
"La doctrina judía del marxismo rechaza el principio aristocrático de la naturaleza y antepone la cantidad numérica y su peso inerte al privilegio sempiterno de la fuerza y del poder".
Lo que opinaba Hitler sobre España, los españoles y la dominación musulmana de la Península
En España, bajo la dominación de los árabes, la civilización alcanzó un nivel que raramente se ha repetido. La intromisión del cristianismo ha traído el triunfo de la barbarie. El espíritu caballeresco de los castellanos es efectivamente una herencia de los árabes. Si Carlos Martel hubiera sido derrotado, el mundo habría mudado su faz. Ya que el mundo estaba condenado a la influencia judaica (y su subproducto, el cristianismo, ¡es algo tan insípido!), hubiera sido mejor que triunfara el Islam. Esta religión recompensa el heroísmo, promete a los guerreros la gloria del séptimo cielo" (28/08/1942, Hitler's Table Talk 1941–1944, Enigma Books, 2000, p.667).
"En España siempre se encontrará a alguien dispuesto a servir los intereses políticos de la Iglesia, como Serrano Súñer. Ya en mi primera entrevista con él experimenté un sentimiento de repulsión. Evidentemente Franco no tiene personalidad para enfrentarse a los problemas. La mayor tragedia de España fue la muerte de Mola. Este era el verdadero cerebro, el verdadero jefe. Serrano Súñer es en realidad el enterrador de la España moderna".
"Yo no hubiera intervenido en la revolución de España de no haber sido por el peligro rojo que amenazaba a Europa. El clero se hubiera tenido que exterminar".
Discursos de Hitler
"Ahora quizás surja todavía la pregunta de si hoy es conveniente hablar [refiriéndose a los judíos] sobre la culpa de la guerra.
¡Del conocimiento viene la voluntad de resurgir!
Han quedado dos millones en la lucha. También ellos tienen derechos, no solamente nosotros los sobrevivientes. Hay millones de huérfanos, lisiados y viudas entre nosotros. ¡También ellos tienen derechos! Para la Alemania de hoy ninguno ha muerto ni ha quedado lisiado, huérfano o viuda. ¡Tenemos la deuda con estos millones de construir una nueva Alemania!".
· Fuente: El enemigo de los pueblos, párrafo final.
· Notas: Potente cierre de discurso de Adolf Hitler. En 1923, Hitler se dirigía con estas palabras a las masas, recordando a los caídos de Alemania durante la Primera Guerra Mundial. El párrafo cerraba una larga argumentación en que atribuía toda la culpa de la guerra a los judíos.
Opiniones de los historiadores sobre la posición del Vaticano con respecto a Hitler
“Si desde el principio el catolicismo alemán se hubiera adherido a una norma de oposición resuelta al régimen nazi, la historia universal bien pudiera haber tomado un rumbo diferente. Aunque esta lucha no hubiera terminado por derrotar a Hitler y haber evitado sus muchos crímenes, nos parece que habría elevado inconmensurablemente el prestigio moral de la Iglesia. No hay que negar que una resistencia tal habría tenido su gran costo en vidas humanas, pero los sacrificios se habrían hecho por la mayor de las causas. Si Hitler no hubiera podido confiar en la situación interna de su país, quizás no se habría atrevido a empezar la guerra, y literalmente se habrían salvado millones de vidas. [...] Cuando miles de alemanes antinazis fueron torturados hasta morir en los campos de concentración de Hitler, cuando los intelectuales polacos fueron degollados, cuando centenares de miles de rusos murieron como resultado de que se les tratara como Untermenschen [subhumanos] eslavos, y cuando 6.000.000 de seres humanos fueron asesinados por no ser arios, los funcionarios de la Iglesia Católica en Alemania fortalecieron al régimen que perpetraba estos crímenes. El papa de Roma, cabeza espiritual y supremo maestro moral de la Iglesia Católica Romana, permaneció callado”.
· Guenter Lewy en su libro The Catholic Church and Nazi Germany (La Iglesia Católica y la Alemania nazi) (páginas 320, 341).
"¿Cómo puede explicarse que la Iglesia jamás excomulgara ni a Hitler ni a Himmler, que Pío XII nunca viera necesario —por no decir indispensable— condenar Auschwitz y Treblinka, que una gran proporción de los miembros de las S.S. fuesen creyentes y permaneciesen fieles a sus lazos cristianos hasta el fin, que hubiese asesinos que practicasen [el sacramento de] la confesión entre una masacre y otra y que todos ellos procediesen de familias cristianas y hubiesen recibido una educación cristiana?".
· Elie Wiesel en «A Jew Today».
Posicionamiento de la Iglesia católica romana en Alemania
"Todos ustedes son testigos del hecho de que todos los domingos y días festivos rezamos en todas las iglesias por el Führer, durante el servicio principal, tal como prometimos en el Concordato... Nos ofende el que se ponga en duda nuestra lealtad al Estado".
· Palabras del Cardenal Faulhaber en un sermón el 7 de junio del año 1936, cuando circularon informes de que los católicos se oponían al régimen de Hitler.
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