En Modín, el sacerdote Matatías ben Asmón, y sus propios hijos fueron los principales caudillos de la rebelión. En un principio su objetivo era mantener la pureza de la religión, la observancia de la Ley y la recuperación de sus tradiciones frente a las contaminación pagana de los invasores. A estos efectos contaron en los comienzos de su revuelta con el apoyo del partido de los asídeos (hassidim) y de los fariseos , ambos celosos de la Ley de Moisés y con la beligerancia de los saduceos partidarios del helenismo. Más adelante los fariseos acabarían enfrentándose a la dinastía surgida de los macabeos, cuando los éxitos militares de la rebelión les llevaron a fundar la dinastía asmonea y ambicionar la independencia de Israel desconocida por los judíos desde los tiempos de los reyes David y, su hijo, Salomón.
Matatías moriría poco después de la insurrección (167 a JC). Sus sucesores al frente de la sublevación fueron su hijo mayor Simón como Jefe Político al mando del Consejo Supremo Revolucionario y su hijo Judas Macabeo como Jefe Militar de su ejército.
Tras los espectaculares triunfos en innumerables batallas, entre ellas la de Bet Horon, Emaús y Bet Zur , Judas logró entrar de forma triunfal en Jerusalén y consagrar de nuevo el altar y purificar el Templo (164 a JC), pero no consiguió adueñarse del Akra, bastón de los seléucidas en la ciudad desde donde imponían su supremacía militar.
Como conmemoración del acto de purificar el Templo y consagrar de nuevo el altar, Judas Macabeo instauró la fecha del 25 de Kislev al 2 de Tevet convirtiéndose, a partir de entonces, en la popular fiesta judía de la Janucá o de las luminarias.
Ese mismo año moriría Antíoco IV victima de una rara enfermedad que le afecto a la mente, posiblemente un tumor cerebral que le hizo enloquecer. Le sucedió su hijo Antíoco V Eupator con tan solo ocho años de edad, actuando como regente, nombrado por el difunto rey, su ministro el general Lisias el cual continuó con las campañas contra los judíos.
Los triunfos y la aureola de fama de Judas Macabeo y sus hermanos Simón, Eleazar y Jonatan aumentaban con el paso del tiempo habiendo derrotado a insignes generales sirios tales como el propio Lisias y, también, a Gorgias, Serón y Báquides.
Dos años después del ascenso al trono del niño-rey (162 a JC), Demetrio I Soter, logró huir de Roma donde, como ya se ha dichp, estaba de rehén en contrapartida a la puesta en libertad de su tío Antíoco IV, padre del entonces niño-rey. Entró en Antioquia, capital de Siria y de todo el imperio seléucida, al mando de un numeroso ejercito y ordenó la inmediata ejecución del niño-rey, su primo hermano, y del regente, el general Lisias.
Demetrio quería la paz con los judíos, de hecho estaba negociando secretamente con Alcimo, el nuevo Sumo Sacerdote del momento, pero no a cualquier precio pues odiaba profundamente los triunfos del Macabeo así que nombró a su fiel amigo y artífice de su ascenso al trono, el general Nicanor, como gobernador de Judea con la orden expresa de dar con Judas Macabeo, ejecutarlo y llevarle su cabeza cortada para exhibirla ante el pueblo sirio. No fue así y en la batalla de Adasá, Nicanor fue muerto en combate, su cabeza y su mano derecha (la que empuñaba su espada) cortadas y exhibidas, para escarnio de los sirios, en la puerta del Templo que pasó a llamarse, a partir de entonces, puerta de Nicanor. Transcurría el 13 de adar del año160 a JC.
Enterado Demetrio de la derrota, muerte y escarnio (fue totalmente descuartizado después de cortarle la cabeza y la mano) hecho al cadáver de su general y amigo, Nicanor, envió a un nuevo general, Báquides, esta vez con la orden pasar a cuchillo a todo aquel que simpatizara o ayudara a los insurrectos nacionalistas. Alcimo y sus seguidores del partido helenista sobornaron a un grupo de traidores del bando nacionalista que ayudaron a tender una emboscada a Judas Macabeo en Betzacaria junto a la población de Elasá, en las proximidades de las colinas de Beerzet. Las tropas de Judas Macabeo se dirigían hacia el sur desde Gofna, a través de sus colinas, ya que habían recibido información de sus espías de que un gran ejército sirio había partido del Akra de Jerusalén con dirección norte hacia Bet Horón. Creyendo esa información, que resultó ser falsa, las tropas nacionalistas avanzaron pensando que cogerían a los sirios por su retaguardia, no obstante y por sorpresa, a la altura del desfiladero de Beerzet en Betzacaria se encontraron atrapados entre dos ataques ya que el ejercito de Báquides se había dividido, un ala atacó por las colinas de Betel y la otra por Berea, juntándose ambas en Elasá donde hicieron huir a los sorprendidos macabeos. En la huida Eleazar, hermano de Judas, murió aplastado por un elefante del ejército enemigo.
Fue la primera gran y más importante derrota de los macabeos en la que, además, murió su caudillo y estratega.
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