martes, 26 de enero de 2010

Herodes I el Grande


La familia de Herodes provenía originariamente de Edom, la región montañosa situada entre Arabia y Judea del sur.

Hijo de Antipatro, gobernador de Idumea, de donde era natural y de Alejandra, princesa samaritana, nació en Ascalón en 73 a JC. Los judíos siempre recelaron de él pues no lo consideraban judío de casta de ahí que recibiera sobrenombres como "el medio judío" o "el criado edomita".

En 58 a JC, con solo 15 años de edad, recibió de manos de Julio César, la gobernación de Galilea al mismo tiempo que a Antipatro, su padre, le entregaba la de Judea. Casi al momento se vio envuelto en problemas por mandar ejecutar a ciudadanos judíos, la mayoría ancianos y escribas, sin juicio previo mientras suprimía el bandidaje en su distrito. Fue llevado ante el Sanedrín, Consejo Supremo Judío, donde se presentó ataviado con una túnica color púrpura mostrando gran arrogancia y desprecio hacia sus jueces. Iba rodeado de soldados armados para imponer su autoridad, pero eludió el veredicto huyendo subrepticiamente de Jerusalem antes de que se emitiera un veredicto contra él. El gobernador de Siria, ante el cual se presentó, le devolvió la gobernación de su territorio.

En 40 a JC, el Senado romano lo nombra rey de los judíos, no obstante, no pudo tomar el poder hasta el 37 a JC y teniendo a los partos como aliados, pudo vencer a Antígono con el que mantuvo una feroz lucha poniendo de relieve su brutalidad habitual y su completa falta de escrúpulos.

Se casó, entre otras, con Marianne I, hija de Aristóbulo III y última representante de la dinastía asmónea (macabea).

El miedo a que atentaran contra su vida le volvió más paranoico aun. Sus recelos alcanzaron a su propia familia. En Jericó, por orden suya, fue asesinado, mientras se bañaba, su cuñado Aristóbulo de tan solo 17 años de edad. También ordenó asesinar a su esposa Marianne al creer que le había sido adultera con su mayordomo al cual también mandó asesinar. Su madre Alejandra corrió la misma suerte, así como dos de sus propios hijos. Se especula que tuvo mucho que ver con el envenenamiento de su padre, y que las muertes de sus hermanos Feroras y Fasael no fueron como se contaron.

Fornó un auténtico ejército secreto de espías y confidentes que sembraron el terror y bañaron de sangre todo su reino.

Poco antes de morir ordenó quemar vivos a los zelotes que habían asaltado el templo liberándolo de las águilas romanas. También ordenó el asesinato de todos los niños menores de dos años nacidos en Belén (murieron 16 pero no cumplió su objetivo de asesinar al Mesías).

Murió, después de varios intentos frustrados de suicidio, de la enfermedad mas dolorosa y desagradable conocida hasta entonces por la ciencia. Dicha enfermedad recibió, a partir de entonces, el nombre de "mal de Herodes", sus síntomas consistían en: hambre devoradora, seguida de vómitos, estómago en putrefacción, gusanos bullendo en su miembro viril, aliento cadavérico y un constante flujo acuoso en los intestinos.

En su testamento incluyó una clausula secreta por la cual, en el momento inmediato a su fasllecimiento, debían ser ajusticiados en el Hipódromo, miles de altos dignatarios judíos, ya que él pensó que "de esa forma el llanto por su duelo sería mucho más notable".

A su muerte el reino quedó dividido entre sus hijos Arquelao, Antipas y Filipo.

miércoles, 6 de enero de 2010

Herodes y la provincia romana


La dinastía herodiana

Arquelao, hijo de Herodes I, el Grande y de la samaritana Maltake. Recibió a la muerte de su padre la etnarquía de Judea. Fue proclamado rey por el ejército, pero se negó a asumir el título hasta que hubiera presentado sus reclamaciones a César Augusto en Roma el cual le concedió, además, la Samaria y la Idumea.

Antes de partir, sofocó con la crueldad extrema una sedición de los fariseos, matando a cerca de tres mil de ellos

Su primera esposa fue Marianne, hija de Aristóbulo de quien se divorció para casarse con Glaphyra. Era viuda del hermano de Arquelao, Alejandro, a pesar de que estaba casada con su segundo marido, Juba, rey de Mauritania. Esta violación de la ley de Moisés, junto con su crueldad despertó la ira de los judíos, que se quejaron a Augusto. Arquelao fue depuesto en el año 6 d JC y desterrado a Vienne en las Galias donde murió. Samaria, Judea e Idumea pasaron a convertirse en la provincia romana de Judea.

Herodes Antipas, hermano del anterior (su madre también era Maltake) fue criado en Roma junto con Arquelao y su hermano Herodes Filipo. A la muerte de su padre, Augusto le otorgó la tetrarquía de Galilea y Perea. Contrajo un escandaloso matrimonio con Herodías, esposa de su hermanastro Herodes Filipo. Para poder casarse con Herodías, repudió a su esposa legítima, hija de Aretas IV, rey de los nabateos (reino árabe con capital en Petra). Enfurecido, Aretas atacó a Herodes Antipas, y sólo la intervención del gobernador romano de Siria, Vitelio, evitó su derrota completa. Juan el Bautista, criticó abierta y públicamente el incesto por lo que fue recluido en la fortaleza de Maqueronte donde murió decapitado a petición de Salomé, hija de Herodías y de Herodes Filipo, y por lo tanto, sobrina e hijastra suya.

Poncio Pilato le envió a Jesús de Nazaret, pues éste estaba censado en Galilea, para que lo juzgara, pero al no encontrar nada que justificara su apresamiento se lo devolvió de nuevo, habida cuenta que poco tiempo atrás ya había ajusticiado a su primo Juan.

Continuó la labor constructora de su padre. Fortificó Séforis, haciendo de ella su capital, hizo alzar la fortaleza de Bet-haram en Perea y más tarde la ciudad de Tiberíades (que bautizó en honor del emperador Tiberio), a orillas del lago Genesaret, a donde trasladó su capital (la ciudad dio su nombre al lago y fue durante mucho tiempo un gran centro cultural judío). Al parecer por instigación de Herodías, acudió a Calígula, recién nombrado emperador, a reclamar la corona de Judea, en manos de su sobrino Agripa I. En respuesta, Agripa escribió al emperador Calígula, acusando a Herodes de haber concertado una alianza secreta con los partos contra Roma. Calígula entonces ordenó deportar a Herodes Antipas y su mujer, en 39, a Lugdunum (Lyon), donde Herodes murió ese mismo año.

Herodes Filipo fue nombrado por Augusto tetrarca de Batanea, Gaulanítide, Traconítide y Auranítide.

Judea bajo el dominio romano

Judea, fue provincia en la región romana de Oriente, en la orilla oriental del mar Mediterráneo. El Imperio romano cambió el nombre de Judea a Palestina en el año 135, como forma de borrar toda memoria judía de la región, tras aplastar la rebelión de Bar Kojba. Los geógrafos Estragón y Ptolomeo describen la Provincia de Judea como abarcando la Galilea, la Samaria, las alturas de Golán (Gaulanitis), la orilla oriental del río Jordán, además del territorio del antiguo reino de Judá, etc. La noción de Judea en su sentido más amplio coincide aproximadamente con la noción judía de Tierra de Israel (Eretz Israel).

Cuando en el año 63 a JC el general Cneo Pompeyo Magno derrotó al rey Mitrídates VI del Ponto en su tercer alzamiento, Siria se convirtió en una provincia romana. A continuación, Pompeyo se dirigió a Judea, para asegurar el área. Una vez allí, encontró a los hermanos Hircano y Aristóbulo, que estaba sitiado por el primero en Jerusalén. Este solicitó la intervención romana, ofreciéndole una recompensa a Pompeyo, la cual aceptó. Luego Aristóbulo acusó a los romanos de extorsión, lo que originó que Pompeyo instalara en el trono a Hircano y desde entonces Judea y Galilea se volvió un reino vasallo de Roma, que si bien era independiente, estaba sujeto a la autoridad romana.

En el año 47 a JC Antípatro el Idumeo sucedió a Hircano como procurador de Judea, siendo nombrado por Julio César. Al morir Antípatro en el 44 a JC, su hijo Herodes I el Grande fue nombrado gobernador por el Senado romano y rey de Judea en el 39 a JC, si bien empezó a reinar dos años después. Durante su reinado eliminó a varios miembros de los Macabeos, para asegurarse en el trono. Los romanos llamaron a Herodes «rey aliado y amigo del pueblo romano». Murió en el año 4 a JC y el reino de Judea fue dividido entre cuatro de sus hijos, que se convirtieron en tetrarcas, si bien Roma intervino continuamente en la política interna, hasta el punto que el emperador romano César Augusto destituyó de su cargo a un hijo de Herodes.

Finalmente al reino de Judea se le añadieron los territorios de Samaria en el centro e Idumea al sur, además de Batanea (Bashan) y Trachonitides (Trajón) al este de Gaulanitides (por decisión del emperador Augusto), con lo que se formó la provincia romana de Judea. Esta provincia fue gobernada por un prefecto, siendo uno de los más famosos Poncio Pilato. Arquelao fue etnarca de Judea, Samaria e Idumea, hasta que en el año 6 los romanos, cansados de su brutalidad, lo depusieron y pasaron a gobernar directamente la región. Entre los años 41 y 44 la provincia de Judea gozó de cierta autonomía cuando Herodes Agripa I llegó al poder, nombrado por el emperador Claudio. Cuando el hijo de Agripa, Herodes Agripa II murió en el 100, la provincia pasó al completo control de Roma.

La pérdida de autonomía de Judea se debe en parte a las continuas rebeliones que se presentaron en el país.

Durante los años 67 y 70, los judíos se sublevaron debido al opresor gobernador de aquel entonces, y el general Vespasiano fue enviado por el emperador Nerón a controlar la situación. El asesinato del último motivó a Vespasiano a dejar la guerra en manos de su hijo Tito para acudir a Roma. Tito sitió Jerusalén en el 70 y cinco meses después logró penetrar la casi inexpugnable ciudad, una vez adentro sus tropas arrasaron el Templo de Herodes, contrariando las órdenes de Tito.

Entre los años 132 al 135 estalló otra revuelta debido a la excesiva romanización de Jerusalén por el emperador Adriano. Después de la derrota de los judíos, Adriano cambió el nombre de la capital a Aelia Capitolina y el nombre de la provincia a Siria Palestina en lugar de Judea, con el fin de humillar a este revoltoso pueblo. También, Adriano prohibió a los judíos a morar en la ciudad de Aelia Capitolina (la ciudad y sus alrededores), según el obispo Eusebio de Cesarea, un historiador cristiano. Muchos se equivocan hoy día cuando dicen que Adriano expulsó a los judíos de toda la Tierra de Israel, ahora nombrada Siria Palestina por los romanos, porque muchos judíos se quedaron en la Galilea, en los Altos del Golán, en el sur del antiguo reino de Judá, y otras partes de la antigua provincia de Judea, como afirma el O.P. Felix-Maria Abel, religioso dominicano y estudioso bíblico.

Caída de la dinastía Asmónea

Con la entrada de Pompeyo en Jerusalén (63 a JC), terminará la autonomía del reino de los judíos que a partir de entonces estarán sometidos al poder de Roma bien directamente o bien a través de regímenes marioneta.
La familia de Herodes provenía originariamente de Idumea, la región montañosa situada entre Arabia y Judea del sur. Hijo de Antipatro, antiguo canciller de Hircano II, gobernador de Idumea, de donde era natural y de Alejandra, princesa samaritana, nació en Ascalón en 73 a JC.
Herodes I el Grande fue buen militar y mejor constructor. Si bien su linaje era idumeo (pueblo descendiente de los antiguos edomitas) su pensamiento, educación y fisionomía eran claramente griegas por lo cual podríamos calificarlo más como un rey extranjero que gobernó a Judea en nombre del poder romano que como un rey genuinamente judío. Los judíos siempre recelaron de él pues no lo consideraban judío de casta de ahí que recibiera sobrenombres como "el medio judío" o "el criado edomita".
En 47 a JC, con solo 26 años de edad, recibió de manos de Julio César, la gobernación de Galilea al mismo tiempo que Antipatro, su padre, era nombrado gobernador de Judea. Casi al momento se vio envuelto en problemas por mandar ejecutar a ciudadanos judíos, la mayoría ancianos y escribas, sin juicio previo mientras suprimía el bandidaje en su distrito. Fue llevado ante el Sanedrín, Consejo Supremo Judío, donde se presentó ataviado con una túnica color púrpura mostrando gran arrogancia y desprecio hacia sus jueces. Iba rodeado de soldados armados para imponer su autoridad, pero eludió el veredicto huyendo subrepticiamente de Jerusalén antes de que se emitiera un veredicto contra él. El gobernador de Siria, ante el cual se presentó, le devolvió la gobernación de su territorio.

En 40 a JC, Marco Antonio, triunviro de Roma le nombra, con el consentimiento del Senado, rey de los judíos, no obstante, no pudo tomar el poder hasta el 37 a JC pudo vencer al fin a Antigono con el que mantuvo una feroz lucha poniendo de relieve su brutalidad habitual y su completa falta de escrúpulos.

Se casó (38 a JC), entre otras, con Marianne I, hija de Alejandro, última representante de la dinastía asmónea

Intentó mejorar sin éxito su imagen ante el pueblo judío. Realizó una política de mejoras, entre las que destacó la reconstrucción del Templo de Jerusalén, iniciada en el 22 a JC, o la fundación de la ciudad de Cesarea, una ciudad portuaria de carácter occidental construida en honor al dueño del Imperio tras la batalla de Accio, Cayo Julio César Octavio Augusto. Fue un gobernante eficaz que impulsó el comercio y la economía de su pueblo. En época de hambruna (25 a JC), se deshizo de gran parte de la riqueza de sus palacios para comprar trigo a Egipto.

Hizo ejecutar a toda la familia de Marianne, incluyendo a su abuelo Aristóbulo II y, en Jericó, a su hermano Aristóbulo III, Sumo Sacerdote ahogado en unos baños a los 17 años. También a Marianne la mandó ejecutar en 29 a JC al sospechar que le había sido infiel con su mayordomo al que también hizo ejecutar, y un año después a la madre de Marianne, su suegra. Asimismo eliminó a dos de sus propios hijos, Aristóbulo y Alejandro, atendiendo a rumores de conspiración contra su persona, levantados por otro hijo, Antípatro, a quien también ejecutó años más tarde por intentar envenenarle. Su madre Alejandra corrió la misma suerte, así como dos de sus propios hijos. Se especula que tuvo mucho que ver con el envenenamiento de su padre, y que las muertes de sus hermanos Feroras y Fasael no fueron como se contaron.

El miedo a que atentaran contra su vida le volvió más paranoico aun. Formó un auténtico ejército secreto de espías y confidentes que sembraron el terror y bañaron de sangre todo su reino. Poco antes de morir ordenó quemar vivos a los zelotes y sicarios que habían asaltado el templo liberándolo de las águilas romanas. También ordenó, poco antes de morir, el asesinato de todos los niños menores de dos años nacidos en Belén, después de la revelación que le hicieron tres magos venidos de Oriente.

Murió, después de varios intentos frustrados de suicidio, de la enfermedad más dolorosa y desagradable conocida hasta entonces por la ciencia. Dicha enfermedad recibió, a partir de entonces, el nombre de "mal de Herodes", sus síntomas consistían en: hambre devoradora, seguida de vómitos, estómago en putrefacción, gusanos bullendo en su miembro viril, aliento cadavérico y un constante flujo acuoso en los intestinos.

En su testamento incluyó una cláusula secreta por la cual, en el momento inmediato a su fallecimiento, debían ser ajusticiados en el Hipódromo, miles de altos dignatarios judíos, ya que él pensó que "de esa forma el llanto por su duelo sería mucho más notable".

Murió en Jerusalén hacia el 12 o 13 de marzo de 4 a JC (entre la Pascua y el eclipse de luna).

Herodes tuvo muchos hijos de sus diez esposas. Aunque designó sucesor a su hijo Arquelao, a su muerte, el emperador Augusto repartió el reino entre tres de sus hijos: Arquelao, Antipas y Filipo.

Ascensión de la dinastía asmónea

Tras la muerte de Judas (160 a JC), le sucedió su hermano, Jonatan Apfús (160-142 a JC), que fue nombrado sorprendentemente para encabezar y continuar con la rebelión. En el año 152 a JC, tras la sospechosa muerte del Sumo Sacerdote, el traidor Alcimo, usurpó, apoyado por gran parte de su ejército, tan alto cargo. Aunque toda la familia de Matatías era de una estirpe sacerdotal menor (eran levitas), no pertenecía a la rama de Aarón (hermano de Moisés), que era la única con derechos al sumo sacerdocio según la observancia más estricta de la Torah, los saduceos si pertenecían a la rama aaronita. Eso dio lugar a una ruptura entre los seguidores de los asmóneos. Los asídeos y los fariseos, que hasta entonces habían peleado brava e incondicionalmente con la insurrección nacionalista e independentista macabea junto con algunos sacerdotes radicales se apartaron del templo y sus instituciones dando origen a la formación de los esenios . Más adelante, en 142 a JC, tiene lugar la persecución y exilio de su líder, el Maestro de Justicia, en las cuevas de Qumrán donde fue arrestado y, posteriormente, ejecutado por orden del Sumo Sacerdote Jonatan. Otros radicales formaron un nuevo grupo llamado los zelotes o celadores de Dios, siendo partidarios de la lucha armada y de hostigar a todo aquel que no fuera judío dentro de la ortodoxia, pero todavía no era operativo, les faltaba organización y seguidores. Los zelotes optaron por no ir a las cuevas de Qumrán y mezclarse entre sus compatriotas como unos ciudadanos más.

Jonatan, supo aprovecharse de la extrema debilidad del imperio seléucida dividido entre dos facciones enfrentadas la de Demetrio I y, la de su supuesto hermano bastardo, Alejandro Balas . Jonatan fue muy hábil para jugar en ambos bandos siempre en función de su ambición política de total independencia. Durante años se dedicó a consolidar las posiciones conseguidas por su hermano Judas Macabeo. Con el empezaba a vislumbrarse la dinastía Asmónea aunque aun no era totalmente efectiva.

Cuando hubo la evicción de Alejandro Balas por Demetrio II, hijo de Demetrio I, aprovecho Jonatan para anexionarse nuevos territorios, a pesar de ello, Demetrio II lo consintió e incluso llegó a retirar la guarnición siria del Akra de Jerusalén ya que necesitaba el apoyo de Jonatan y los 3000 infantes que este le proporcionaba.

A la muerte de Alejandro Balas, Trifón proclamó rey de Siria al hijo de éste, Antíoco VI, quedando el como regente del reino. Su política era contraria a la del sumo sacerdote Jonatan y, con el pretexto de entablar negociaciones, lo encerró en la fortaleza de Ptolemaida. El pago de un rescate y la entrega de sus dos hijos como rehenes no bastaron y Trifón ordenó asesinarlo antes de partir hacia Siria. Jonatán murió violentamente del mismo modo como murieron todos los hermanos Macabeos. Su hermano Simón hizo conducir sus despojos hasta el panteón familiar de Modín donde se hallaban enterrados su padre y su hermano Judas.

Le sucedió el propio Simón, de sobrenombre Tasi (143-134 a JC), el único de los hermanos que quedaba con vida, éste unió en su persona la función religiosa de Sumo Sacerdote y la jefatura política de Etnarca, sin llegar a autoproclamarse Rey. Consiguió de Demetrio II la total exención de impuestos, lo cual suponía de facto la plena independencia con respecto al poder de los sirios. Simultáneamente abolió la era seléucida como modo de datación cronológica, acuñó por primera vez su propia moneda y, a todos los efectos, gobernó como un autentico soberano independiente. Al igual que sus hermanos antes que él, Simón buscó siempre el favor y la protección de Roma, siempre dispuesta a debilitar el poder de los seléucidas. Tuvo que superar numerosas escaramuzas con la guarnición siria en Israel. En 142 a JC tomó Jerusalén, Jope, Gazara y Bet Zur. El pueblo judío le confirmó en los títulos arrebatados a los sirios. En 140 a JC, un decreto del Consejo Supremo de la Revolución lo nombro Nasí, Príncipe de todos los judíos y estratego (gobernador) vitalicio del estado judío hasta la llegada de un Mesías Ungido. También lo confirmó como Sumo Sacerdote cosa que no sucedió con su hermano. De hecho, con él, da comienzo la dinastía de los Asmóneos la cual acabó siendo reconocida por la diplomacia romana.

A pesar de todo ello, Antíoco VI, rey seléucida de Siria, continuó las hostilidades contra el pueblo de Judea. En 134 a JC, Simón obtuvo una gran victoria al derrotar en Gazara al general sirio Cenbedeo.

Su yerno Ptolomeo, gobernador de Jericó, ansioso de poder al igual que su propia hija, utilizaron dicha victoria para ofrecer un banquete de homenaje a el y a sus hijos y esposas en la fortaleza de Doc, junto a Jericó y aprovecharon la ocasión para asesinarles durante la comida. Zenón, el chambelán de Ptolomeo, asesinó fríamente a Simón y a los hijos de este, Juan Simón y Matatías además de a sus respectivas esposas, lo cual nos hace ver lo turbulentos que fueron aquellos tiempos en los que la casi totalidad de los reyes y pretendientes antioquenos así como los dirigentes judíos murieron violentamente.

Solo se salvó de la masacre su hijo Juan Hircano que se encontraba inspeccionando el territorio.

Así pues, Juan Hircano (134-104 a JC) siguiendo la línea dinástica sucede a su padre Simón pero aún va más lejos, proclamándose rey y ampliando el territorio judío hasta los límites que había alcanzado en su momento de mayor esplendor, en tiempos de David y Salomón. Entre sus conquistas se cuenta la Idumea y la Samaría. Hircano llevó a cabo una intensa judaización de su reino (destrucción del templo samaritano del Garizín en el 128 a JC), forzando a sus habitantes a circuncidarse o exilarse.

Pese a estos éxitos militares, Juan Hircano vivía más como un monarca helenístico que como un verdadero sacerdote judío, y los sectores más tradicionalistas criticaron muy duramente la identificación entre la realeza y el sacerdocio, reclamando una separación de ambas funciones. En este contexto volvieron a resurgir los grupos fariseos y asideos.

Pronto alcanzaron gran prestigio entre el pueblo, pretendieron influir en la política judía y fueron entrando en conflicto con la dinastía asmonea que se iba helenizando cada vez más. A la muerte de Juan Hircano, uno de sus hijos, Aristóbulo I, hizo matar a su madre y a su hermano Antigono. Su reinado fue muy breve, apenas dos años, pero en este tiempo consiguió seguir ensanchando las fronteras del reino conquistando la Iturea y forzando a la población a judaizarse a través del culto y la circuncisión forzosa.

A la muerte temprana de Aristóbulo, su viuda Alejandra Salomé, siguiendo la tradición judía, contrajo matrimonio con el hermano de éste y, por lo tanto cuñado, Alejandro Janeo, que será el más brillante de los reyes asmoneos (103-76 a JC). En su época se agudizó el conflicto con los fariseos que tomaron parte en un levantamiento general contra su monarquía con ayuda extranjera. Janeo respondió con una violenta represión (más de 3000 fariseos fueron crucificados), pero a su muerte encomendó a su sucesora, la reina viuda Alejandra, que actuara de forma más conciliadora.

Alejandro Janeo siguió la política expansionista de sus predecesores y extendió su dominio sobre casi todas las ciudades costeras, y muchas de las ciudades de la Decápolis en la Transjordania. Al final de las campañas de la dinastía asmonea, los judíos consiguieron recomponer un reino casi tan extenso como el atribuido a David en la Biblia. En su política de limpieza étnica intentó crear una homogeneidad judía, forzando a los extranjeros a judaizarse o exiliarse.

Alejandra Salomé (76-67 a JC) asumió el poder tras la muerte de su marido y realizó un cambio brusco de política. Admitió a los fariseos en el consejo real (Gran Sanedrín), al lado de los saduceos, con lo cual su influencia se acrecentó notablemente. Los asídeos se volvieron a Qumrán.

Dado que no podía ejercer la función sacerdotal por ser mujer, Alejandra confió este puesto a su hijo mayor Hircano II, hombre débil e influenciable, sometido al su consejo de Antípatro el idumeo, puesto que ocupaba por expreso deseo de Roma.

A la muerte de Alejandra, su hijo pequeño Aristóbulo, se proclamó rey, deponiendo a su hermano mayor Hircano al que hizo desfigurar la cara (mandó que le cortaran la nariz) motivo por el cual, al estar deforme, ya no podía ejercer el sumo sacerdocio. Hircano tuvo que huir y refugiarse con los nabateos. Aconsejado por su canciller Antípatro, entró en negociaciones con el triunviro Pompeyo Magno . Este laureado general romano era el representante de Roma, la nueva potencia mediterránea, que se encontraba por entonces en la zona, donde había anexionado los últimos restos de la monarquía seléucida transformando a Siria en provincia romana.

Pompeyo decidió apoyar la causa de Hircano II porque le vio más manipulable. Las legiones romanas consiguieron hacerse con Jerusalén y apresar a Aristóbulo y a sus hijos a quienes llevó consigo a Roma encadenados como cautivos.

Los origenes de la insurrección

En Modín, el sacerdote Matatías ben Asmón, y sus propios hijos fueron los principales caudillos de la rebelión. En un principio su objetivo era mantener la pureza de la religión, la observancia de la Ley y la recuperación de sus tradiciones frente a las contaminación pagana de los invasores. A estos efectos contaron en los comienzos de su revuelta con el apoyo del partido de los asídeos (hassidim) y de los fariseos , ambos celosos de la Ley de Moisés y con la beligerancia de los saduceos partidarios del helenismo. Más adelante los fariseos acabarían enfrentándose a la dinastía surgida de los macabeos, cuando los éxitos militares de la rebelión les llevaron a fundar la dinastía asmonea y ambicionar la independencia de Israel desconocida por los judíos desde los tiempos de los reyes David y, su hijo, Salomón.

Matatías moriría poco después de la insurrección (167 a JC). Sus sucesores al frente de la sublevación fueron su hijo mayor Simón como Jefe Político al mando del Consejo Supremo Revolucionario y su hijo Judas Macabeo como Jefe Militar de su ejército.

Tras los espectaculares triunfos en innumerables batallas, entre ellas la de Bet Horon, Emaús y Bet Zur , Judas logró entrar de forma triunfal en Jerusalén y consagrar de nuevo el altar y purificar el Templo (164 a JC), pero no consiguió adueñarse del Akra, bastón de los seléucidas en la ciudad desde donde imponían su supremacía militar.

Como conmemoración del acto de purificar el Templo y consagrar de nuevo el altar, Judas Macabeo instauró la fecha del 25 de Kislev al 2 de Tevet convirtiéndose, a partir de entonces, en la popular fiesta judía de la Janucá o de las luminarias.

Ese mismo año moriría Antíoco IV victima de una rara enfermedad que le afecto a la mente, posiblemente un tumor cerebral que le hizo enloquecer. Le sucedió su hijo Antíoco V Eupator con tan solo ocho años de edad, actuando como regente, nombrado por el difunto rey, su ministro el general Lisias el cual continuó con las campañas contra los judíos.

Los triunfos y la aureola de fama de Judas Macabeo y sus hermanos Simón, Eleazar y Jonatan aumentaban con el paso del tiempo habiendo derrotado a insignes generales sirios tales como el propio Lisias y, también, a Gorgias, Serón y Báquides.

Dos años después del ascenso al trono del niño-rey (162 a JC), Demetrio I Soter, logró huir de Roma donde, como ya se ha dichp, estaba de rehén en contrapartida a la puesta en libertad de su tío Antíoco IV, padre del entonces niño-rey. Entró en Antioquia, capital de Siria y de todo el imperio seléucida, al mando de un numeroso ejercito y ordenó la inmediata ejecución del niño-rey, su primo hermano, y del regente, el general Lisias.

Demetrio quería la paz con los judíos, de hecho estaba negociando secretamente con Alcimo, el nuevo Sumo Sacerdote del momento, pero no a cualquier precio pues odiaba profundamente los triunfos del Macabeo así que nombró a su fiel amigo y artífice de su ascenso al trono, el general Nicanor, como gobernador de Judea con la orden expresa de dar con Judas Macabeo, ejecutarlo y llevarle su cabeza cortada para exhibirla ante el pueblo sirio. No fue así y en la batalla de Adasá, Nicanor fue muerto en combate, su cabeza y su mano derecha (la que empuñaba su espada) cortadas y exhibidas, para escarnio de los sirios, en la puerta del Templo que pasó a llamarse, a partir de entonces, puerta de Nicanor. Transcurría el 13 de adar del año160 a JC.

Enterado Demetrio de la derrota, muerte y escarnio (fue totalmente descuartizado después de cortarle la cabeza y la mano) hecho al cadáver de su general y amigo, Nicanor, envió a un nuevo general, Báquides, esta vez con la orden pasar a cuchillo a todo aquel que simpatizara o ayudara a los insurrectos nacionalistas. Alcimo y sus seguidores del partido helenista sobornaron a un grupo de traidores del bando nacionalista que ayudaron a tender una emboscada a Judas Macabeo en Betzacaria junto a la población de Elasá, en las proximidades de las colinas de Beerzet. Las tropas de Judas Macabeo se dirigían hacia el sur desde Gofna, a través de sus colinas, ya que habían recibido información de sus espías de que un gran ejército sirio había partido del Akra de Jerusalén con dirección norte hacia Bet Horón. Creyendo esa información, que resultó ser falsa, las tropas nacionalistas avanzaron pensando que cogerían a los sirios por su retaguardia, no obstante y por sorpresa, a la altura del desfiladero de Beerzet en Betzacaria se encontraron atrapados entre dos ataques ya que el ejercito de Báquides se había dividido, un ala atacó por las colinas de Betel y la otra por Berea, juntándose ambas en Elasá donde hicieron huir a los sorprendidos macabeos. En la huida Eleazar, hermano de Judas, murió aplastado por un elefante del ejército enemigo.

Fue la primera gran y más importante derrota de los macabeos en la que, además, murió su caudillo y estratega.

Antecedentes históricos


En el año 198 a JC Antíoco III Megas, rey de Siria, y su aliado con Filipo V de Macedonia, declaran la guerra al ejército egipcio de Ptolomeo V, aprovechándose de la anarquía existente en la ciudad de Alejandría, con el único objetivo de arrebatarles la región de Celesiria zona en litigio desde el 318 a JC y que provocó las conocidas como guerras sirias.

La batalla decisiva de la quinta guerra siria se libró en Panio, cerca del nacimiento del río Jordán. Antíoco III, al mando de un poderoso ejercito comandado por él mismo derrotó al general egipcio Escopas de Etolia y al ejercito egipcio, anexionando para Siria toda la región que incluía lo que hoy conocemos como Líbano e Israel a excepción de la zona de Gaza pues los romanos, por miedo a perder el grano que importaban de Egipto, advirtieron a los sirios de que se abstuviesen de invadir Egipto bajo la amenaza de iniciar una guerra contra ellos.

Antíoco acató la orden y junto a Ptolomeo firmó una paz que consistía en que el reino ptolemaico de los lágidas renunciara a sus dominios en Celesiria y también que Ptolomeo V, rey de Egipto, se casara con la hija del rey sirio, Cleopatra I, Syra.

Los lágidas, casi siempre fueron tolerantes con la cultura y la religión de los territorios por ellos conquistados incluido Judá. Sin embargo los seléucidas intentaron por la fuerza la helenización de todas sus tierras conquistadas.

Eso provocó una gran tensión entre los judíos que aceptaban el cambio (generalmente los helenistas, es decir, gran parte de la aristocracia sacerdotal de la casta de Sadoq) pues eran verdaderos admiradores de la cultura griega y partidarios de cambiar la antigua tradición judía por un sistema distinto y los ultra tradicionalistas (los hasidim o asídeos) , los “puros”, que velaban por la más absoluta observancia de la Ley de Moisés (la Torah ). La situación se fue tornando más violenta cuando los saduceos Jasón y Menelao, seguidores de la helenización del pueblo judío y sin ningún tipo de escrúpulos, son nombrados primero uno y luego el otro, Sumos Sacerdotes, con el apoyo que el rey de Siria les presta a cambio de grandísimas sumas de oro y plata.

Así pues, en un principio el conflicto fue más un enfrentamiento civil y religioso entre judíos que una guerra entre estos y los sirios. Es el partido saduceo (judíos helenizantes) el que acudió a Antíoco III el Grande, pidiéndole su protección y exigiendo que acelerase el proceso helenizador de las instituciones judías.

Años después el espíritu expansionista de Antíoco III ya conocido como Rey de Reyes, fue aplastado por los romanos en la batalla de Magnesia, (190 a JC) siendo humillado por el vencedor en el tratado paz de Apamea (188 a JC) que le obligaba a compensar con elevadísimas cantidades de oro y plata como indemnización de guerra a los romanos. Esto provocó que la necesidad de fondos por parte de los seléucidas aumentara cuantiosamente, Lo que motivó que saquearan las provincias de su inmenso reino especialmente los Templos que en aquellos tiempos ejercían las funciones de banca pública si bien los bienes estaban administrados por los sumos sacerdotes a través de sus tesoreros o prebostes.

Un año después, Antíoco moría dejando el reino a su primogénito Seléuco IV que adoptó el sobrenombre de Filopator (el que ama a su padre) el cual continuó con la esquilmación de sus provincias vasallas. En el año 176 a JC envió a su ministro Heliodoro a saquear, de nuevo, el Templo de Jerusalén. Este a su regreso asesinó al rey con la complicidad de una buena parte del ejército sirio que había sido sobornado por el propio ministro.

Antíoco IV Epífanes, regresó de Roma, donde estaba como rehén del senado romano como parte de las cláusulas del, ya mencionado, tratado de paz de Apamea (dejando en su lugar a Demetrio, su sobrino, hijo de su hermano Seléuco IV), y ascendió al poder enzarzándose en nuevas guerras con los egipcios llegando a capturar a su sobrino, hijo de su hermana Cleopatra I, el rey Ptolomeo VI pues éste reclamaba para Egipto la región de Celesiria incluyendo la Judea y su capital Jerusalén.

Para un mejor control de la ciudad los sirios construyeron cerca del templo una gran fortaleza conocida con el nombre de Akra, desde donde ejercían su supremacía militar sobre toda la ciudad.

A su regreso de la expedición sobre Egipto volvió a saquear cruelmente Jerusalén y su templo además, en esta ocasión, ordenó abolir todas las costumbres judías tanto culturales como religiosas imponiendo el culto a los dioses griegos y profanando el Templo lo que provocó la insurrección de los judíos devotos de la Ley y de la Tradición y acrecentó el espíritu nacionalista de la gran mayoría del pueblo de Israel.