viernes, 20 de agosto de 2010

IOM KIPUR EN LOS TIEMPOS DEL BEIT HAMIKDASH (Primera parte)



Hashem le explicó a Moshé la avodá (servicio) especial que debía realizarse para Iom Kipur en el Beit Hamikdash. El gran sacerdote debía realizarla en persona durante el día.

Los preparativos para el día más sagrado del año comenzaban con una semana de anterioridad. El kohén gadol (sumo sacerdote) dejaba su casa y su residencia pasaba a ser una de las salas del Beit Hamikdash. Se debía purificar y preparar para el Servicio durante siete días.
Además del gran sacerdote destinado a oficiar el Servicio, también se preparaba a un sustituto, en caso de que el kohén gadol se torne tamé (impuro) y sea incapaz de oficiar como tal.
En el tercer y séptimo día de los siete días de preparativos, se esparcían sobre el gran sacerdote aguas purificadoras de la pará adumá (vaquilla roja), en caso de que sin saber se hubiera convertido en tamé por estar en contacto con un cadáver.
El Sanhedrín (Tribunal Judío) enviaba una delegación de talmidei jajamim (sabios de la Torá) para que instruyera al kohén gadol en el Servicio de Iom Kipur. Le leían los capítulos de la Torá de parashat Ajarei Mot que tratan sobre el Servicio de Iom Kipur y las halajot de Iom Kipur y él las repetía hasta que las aprendía bien. Si conocía bien las halajot, podía explicarlas. En esa semana, también ofrecía inciensos, sacrificios y encendía la menorá.

Erev -Víspera de- Iom Kipur

Durante Erev Iom Kipur, todos los animales que habían sido reservados para que se sacrificaran pasaban por delante del kohén gadol, quien los identificaba para conocerlos para los servicios de Iom Kipur.
En la mañana, los Sabios que lo habían instruído se iban y eran reemplazados por un grupo de kohanim que practicaban junto con éste el arte de verter el ketoret en sus manos con una cuchara, una de las partes más difíciles del Servicio que se debía realizar en el kodesh hakodashim en Iom Kipur.
Durante la existencia del segundo Beit Hamikdash, la siguiente triste escena se repetía en forma anual en Erev Iom Kipur:

Antes de irse los talmidei jajamim exclamaban, "Estimado kohén gadol, nosotros somos los delegados del Beit Din, y usted es el nuestro, además de ser representante del Beit Din. ¡Le ordenamos en nombre de El, Quien reside en esta Casa, que no altere ni una letra de todo lo que le enseñamos!"
El gran sacerdote y los talmidei jajamim se despedían llorando. El lloraba porque se sospechaba de él que podía llegar a modificar el Servicio; ellos lloraban porque estaban obligados a sospechar de él, probablemente en vano.

La razón de ser de este diálogo ya tipificado ya que era la costumbre saducea de ofrecer ketoret (incienso) de una forma diferente a la que indicaba la Tradición Oral. Los jajamim enseñaron que el gran sacerdote debía sostener el ketoret en su mano izquierda y el carbón caliente en la derecha, ingresar en el sanctasanctórum, y encender el incienso allí. Según la versión de los tzedokim (saduceos), el incienso se debía prender fuera del sanctasanctórum y el kohén gadol debía ingresar con el incienso encendido.
Por lo tanto, los Sabios ordenaban anualmente al kohén gadol que no siguiera las costumbres saduceas.

La Noche de Iom Kipur

El kohén gadol no podía ir a dormir la noche de Iom Kipur. Se quedaba despierto, leyendo capítulos del Tanaj (Iov, Ezrá, Divrei Aiamim, y Daniel que atraía la atención de todo el mundo). Si él comenzaba a dormirse, los kohanim más jóvenes lo despertaban chasqueando los dedos de forma ruidosa. Si se sentía cansado, se le decía que se pare por un rato. Esto lo refrescaba debido a que el piso de piedras del Beit Hamikdash era frío.
Todas las grandes personas de Ierushalaim también se quedaban despiertas durante toda la noche, así el kohen gadol podía escuchar el murmullo y el tumulto de la ciudad y ésto lo ayudaría a mantenerse despierto.

La Vestimesta especial del Gran Sacerdote

El kohén gadol generalmente se distinguía de un kohén común por las ocho prendas que vestía, cuatro de las cuales eran de oro. Sin embargo, en Iom Kipur, se sacaba las cuatro prendas de oro cada vez que iba a entrar en el sanctasanctórum. En el kodesh Hakodashim, sólo se le permitía vestir prendas blancas de lino. Nuestros Sabios daban varias razones para ésto:

1.       Las cuatro prendas de oro eran recordativas del Pecado del Becerro de Oro. Como en el kodesh Hakodashim se intentaba conseguir el perdón para el pueblo judío, el gran sacerdote no podía vestir prendas que daban origen a acusaciones en contra de éste. Si ingresaba con ropas de oro, el Angel Acusador comentaría, "¡Después de hacer una imagen de oro, los Bnei Israel vienen para Servirlo con ropas de oro!"

2.       En este día, el kohén gadol se asemeja a un ángel. Las huestes del Cielo eran imaginadas por el profeta Iejesquel como si se vistieran prendas de lino.

3.       Esta vestimenta expresa humildad en la presencia de la shejiná.

Las prendas eran tejidas con el hilo más fino. Después de Iom Kipur, se las almacenaba porque no se podían volver a usar.
Durante Iom Kipur, una vez que dejaba el kodesh Hakodashim, el kohén gadol se ponía las prendas de oro para realizar el resto del Servicio debido a que las prendas de oro le traían más honor al Beit Hamikdash.
Durante el día, se cambiaba de ropa cinco veces. Antes y después de cada muda de ropa, vertía agua de una jarra de oro designada para tal fin sobre sus pies y manos, de modo que los lavaba en total diez veces. Cada vez que mudaba de ropa también debía sumergirse en la mikvá.

El servicio de Iom Kipur I

La avodá (servicio) comenzaba después de la medianoche cuando se echaba la suerte entre los kohanim para determinar quién iba a realizar el servicio de terumat hadeshen (la elevación de un puñado de cenizas del altar), y quién iba a limpiar el mizbeaj de cenizas. Antes del amanecer el atrio se llenaba de gente.

- Tamid/ El Sacrificio Diario de la Mañana: Luego de que amanecía, el kohén gadol comenzaba el Servicio al sumergirse en la mikvá, vestía sus prendas de oro y vertía agua sobre sus pies y manos.
Ofrecía el sacrificio diario de tamid, quemaba el puñado regular de ketoret, y por último, encendía las velas de la menorá, y realizaba el resto de los servicios matutinos.

- Minjat Javitim: Le ofrendaba al gran sacerdote la ofrenda diaria de minjá.

- Musaf de Iom Kipur: Ofrendaba el sacrificio especial musaf de Iom Kipur que consistía en un buey y siete corderos (mencionados en la parashat Pinjas). A continuación, vertía agua sobre sus pies y manos, se quitaba las prendas de oro, se sumergía en la mikvá, se ponía las cuatro prendas blancas, y de nuevo lavaba sus pies y manos. Luego, estaba listo para la próxima avodá.

- Vidui al par kohén gadol/ La primera confesión: Colocaba sus manos sobre su sacrificio personal, el buey, y confesaba sus pecados y los de su familia. Su vidui (confesión) era la siguiente:
"Por favor, Hashem, pequé sin intención, cometí transgresiones intencionalmente e insolentemente ante Usted, tanto yo como mi familia. Por favor, Hashem, expíe los pecados involuntarios, las transgresiones voluntarias y la desobediencia que mi familia y yo cometimos ante Usted, según dice en la Torá de Su servidor Moshé (Vaikrá 16:3), "En este día, El expiará tus pecados y te dejará puro y limpio de todo pecado ante Hashem."

El kohén gadol en todas sus confesiones durante Iom Kipur, pronunciaba el shem hameforash, las Cuatro Letras del Nombre de D- s, de la forma en que está escrito. Cuando los kohanim y la gente se juntaban en el Atrio escuchaban el Tetragrámaton, el Nombre sagrado y grandioso, emanaba de la boca del kohén gadol, y el pueblo respondía, "Baruj shem kevod maljutó leolam vaed/ Bendito sea por siempre el Nombre de Su reinado glorioso." Durante Iom Kipur, el kohén gadol pronunciaba el shem hameforash diez veces, sin tener que hacer ningún esfuerzo para lograrlo debido a que éste milagrosamente dejaba la boca por sí mismo porque la shejiná hablaba desde su garganta. Después del vidui, el kohén gadol no procedía a sacrificar al buey sino que primero echaba la suerte entre los dos machos cabríos requeridos para el Servicio central de Iom Kipur.

- Sorteo: Se preparaban dos machos cabríos, de igual peso, altura y aspecto. Se los adquiría antes de Iom Kipur con fondos de la comunidad. Se preparaban dos inscripciones, una decía, "Para Hashem," y la otra "para Azazel". Se las colocaba en una urna, y el kohén gadol sin mirar tomaba cada una con una mano. Colocaba la inscripción que tomaba con su mano derecha en el macho cabrío de la derecha y la otra en el izquierdo.
Le leían las inscripciones, y proclamaban con respecto al cabrío con la inscripción "Para Hashem": "¡Este es un sacrificio jatat para Hashem!"
En la cabeza del cabrío "Para Azazel", colocaban un hilo de color escarlata y ataban otro hilo rojo en la entrada del sector kodesh del Beit Hamikdash.

Nuestros Sabios relatan que mientras que Shimón HaTzadik oficiaba como gran sacerdote, se podían percibir señales del Cielo de favores anuales.
La inscripción del cabrío "Para Hashem" quedaba invariablemente en su mano derecha, mientras que después del fallecimiento del tzadik, ésta estaba a veces en la mano derecha y a veces en la izquierda. Además, el hilo color escarlata que se ataba en la entrada del sector kodesh milagrosamente se tornaba blanco cuando el cabrío para Azazel llegaba al desierto - era una señal del Cielo de que sus pecados habían sido perdonados. Sin embargo, después de que Shimón HaTzadik falleció sólo se tornaba blanco ocasionalmente.

- Vidui Ushejitá/ Una segunda confesión, y el sacrificio del buey del gran sacerdote: Volvemos al sacrificio personal, el buey, el kohén gadol de nuevo enunciaba su vidui por todos sus pecados y también por los de los kohanim. Sacrificaba a su buey y recogía su sangre en una sartén que entregaba a un kohén diferente.

- Avodá bakodesh hakodashim/ El Servicio en el Sanctasanctórum: La parte que continuaba ahora era crucial y la más delicada de la avodá que el pueblo entero esperaba con ansiedad. El kohén gadol debía ingresar en el kodesh hakodashim para ofrecer ketoret (incienso). Llenaba una sartén de oro con carbón ardiente que tomaba del Altar Exterior. Se le entregaba un recipiente que contenía incienso, del cual él tenía que sacarlo con las dos manos. Luego, transfería esos puñados de incienso a una cuchara, tomaba la sartén que contenía carbón en su derecha y la cuchara en su izquierda, y entraba en el Sanctasanctórum.
Colocaba la sartén con carbón entre los postes del arón (en el segundo Beit Hamikdash que no tenía arca, sobre la piedra sobre la cual se encontraba el arón, arca), tomaba el borde de la cuchara que contenía el incienso con la punta de los dedos o con los dientes (para dejar ambas manos libres), y vertía el ketoret de nuevo en sus manos. Esta era una de las tareas más difíciles realizadas en el Beit Hamikdash debido a que ni una sola gota de incienso podía caer en el piso durante el proceso.
Terminaba el Servicio juntando el ketoret en una sartén que contenía carbón, y esperaba que el humo del incienso llenara el kodesh hakodashim. Esta avodá provocaba la gloria de la shejiná, sin embargo, se ocultaba en el humo para que el kohén gadol no pudiera verla.
Salía y caminaba hacia atrás, sin desviar su cabeza de la dirección del arón.
El ingreso del kohén gadol al Sanctasanctórum era acompañada con las tefilot de todo el klal Israel y su aparición era aguardada con estremecimiento. La Torá advierte que si alguna de las partes de la ceremonia no era realizada de acuerdo con los preceptos de la Torá, el kohén gadol incurría en la pena de muerte del Cielo. (Vaikrá 16:13).

De hecho, la shejiná acompañaba a cada kohén gadol que venía a servir en el kodesh hakodashim, pero sólo un gran sacerdote que fuere sumamente especial estaba capacitado para percibirlo. Lo que era cierto con respecto a Shimón HaTzadik era con el caso con Aharón en persona. Solía tener la visión de Hashem cuando entraba al Sanctasanctórum en Iom Kipur.

En los tiempos del segundo Beit Hamikdash, la mayoría de los grandes sacerdotes fallecían dentro del año que seguía a Iom Kipur.

Para estar en condiciones de entrar en el Sanctasanctórum, el gran sacerdote debía purificarse a sí mismo previamente, y lograr separarse de todas las aspiraciones físicas.
La mayoría de los kohanim guedolim que sirvieron en el Beit Hamikdash compraban sus puestos con sobornos. Nunca alcanzaron el nivel espiritual requerido para ingresar en el kodesh hakodashim, y luego no podían sobrevivir el encuentro con la shejiná que ocurría allí.

El kohén gadol dejaba el Kodesh Hakodashim e ingresaba en el sector kodesh para rezar por un buen año para el klal Israel.
Cuando regresaba al kodesh, todos los kohanim debían irse; ningún extraño podía entrometerse en el encuentro de la shejiná y el kohén gadol. Nuestros Sabios nos enseñan que ni siquiera los ángeles estaban presentes, debido a que la atmósfera de santidad que entonces se infiltraba en el Mishkán era del nivel más alto. Se le ordenaba que su tefilá fuera corta, por aquellos que aguardaban en suspenso en el atrio para ver si aparecía con vida del Kodesh Hakodashim.

El kohen gadol ofrecía la siguiente plegaria en Iom Kipur:
"Que sea Tu voluntad, Oh Hashem, que este año sea bendecido con suficiente lluvia, sol, sombra, y rocío. Que sea un año de buena voluntad del Cielo, un año de bendición, de precios bajos, saciedad, buenos negocios; un año en el cual Tu pueblo Israel no necesite uno del otro ni tenga la necesidad de dominio uno sobre el otro. Y no preste atención a la tefilá de los caminantes (que le imploren que no deje llover)."

Una vez, después de dejar el Kodesh Hakodashim, Shimón HaTzadik rezó por un período bastante extenso. Mientras tanto, los kohanim y la gente esperaban con ansiedad su regreso. Al ver que él no salía, los kohanim resolvieron entrar y averiguar qué había ocurrido. Sin embargo, justo cuando estaban a punto de entrar al kodesh, Shimón HaTzadik apareció.

"¿Por qué rezó por tanto tiempo?" le preguntaron.
"¿Ustedes creen que no debí haberle suplicado al Todopoderoso vuestro bien en nombre de todos ustedes y que el Beit Hamikdash no sea destruído?"
"No obstante," los kohanim le imploraron, "nunca más se quede adentro por tanto tiempo, porque asusta a la gente."

- Hazaat dam apar/ Esparcimiento de la sangre del toro del kohén gadol: El kohén gadol ingresaba en el kodesh hakodashim por segunda vez para esparcir allí la sangre del toro. Tomaba el tazón de sangre del kohén que lo sostenía y lo mantenía en movimiento constante para evitar que se coagulara y volvía con éste al Kodesh Hakodashim. Esparcía la sangre entre los postes del arón (y en el segundo Beit Hamikdash sobre las piedras sobre las cuales estaba el arca) ocho veces, una hacia arriba y las otras siete hacia abajo. Contaba en voz alta mientras esparcía para no equivocarse.

- Shejitat haseir vekabalat damó/ Sacrificio del cabrío para Hashem: Dejaba el Kodesh Hakodashim para sacrificar al macho cabrío designado para Hashem en el Atrio y para recibir su sangre en una sartén.

- Hazaat damim al haparojet veal amizbeaj/ Esparcimiento en la Cortina Divisoria y en el Altar de Oro: Mientras estaba parado en el sector kodesh, el kohén gadol esparcía la sangre del toro y luego la del macho cabrío en el parojet (Cortina Divisoria entre el santuario y el sanctasanctórum). Esparcía sobre el lugar la sangre de cada uno ocho veces, una para arriba y siete hacia abajo. A continuación mezclaba la sangre del toro con la sangre del macho cabrío y colocaba la mezcla en las cuatro esquinas del Altar de Oro, mientras estaba parado hacia el este del Altar de Oro y norte de la menorá.
Limpiaba una zona en la cima del altar y esparcía la sangre siete veces sobre ésta. La sangre que sobraba era, como siempre, vertida en la base Exterior del Altar.

Los diferentes esparcimientos obtenían diferentes tipos de expiación:
- Esparcimiento entre los postes del arón en el Kodesh Hakodashim expiaba la impureza que pudo haber afectado al Kodesh Hakodashim y a lo que contenía.
- Esparcimiento en el parojet expiaba la impureza que afectó al kodesh y a sus recipientes y vasijas (la menorá, el shulján, el lejem hapanim, la Cortina Divisoria, etc.).
- Esparcimiento en el Altar de Oro obtenía la expiación de la impureza que afectaba al altar y a los objetos sagrados relacionados con éste.

- Envío del macho cabrío a Azazel, y una tercera confesión: El kohén gadol colocaba sus manos entre los cuernos del macho cabrío con vida designado para Azazel y pronunciaba una tercera confesión, esta vez por los pecados de todo el pueblo. Un hombre era preparado antes de Iom Kipur para dirigir al macho cabrío para Azazel hacia un desierto rocoso sin cultivar y para tirarlo desde un farallón. Hashem prometía que a través de este Servicio, El expiaría los pecados de todo klal Israel (Vaikrá 16:22).
El hombre que llevaba al cabrío hacia la roca de gran altura generalmente no sobrevivía a ese año, y por consiguiente, ellos elegían como mensajeros a aquellos que estaban destinados a morir dentro de ese año. (En aquellos tiempos, los Sabios judíos poseían ruaj hakodesh y eran capaces de determinar el destino de las personas.)
El kohén gadol no podía retirarse de la azará (Atrio) para continuar con la avodá antes de que el cabrío llegará al desierto. Por lo tanto, un sistema especial de señalización se estableció antes de Iom Kipur para asegurar la comunicación entre el desierto y el Beit Hamikdash. Diversas plataformas se erigieron a una distancia tal que si una persona agitaba una bufanda en una, podía ser vista por una persona que estaba parada en la próxima. Tan pronto como la persona que estaba parada en la plataforma más próxima al desierto observaba que el cabrío había llegado allí, agitaba un pañolón en dirección al hombre que estaba parado en la plataforma más próxima, y éste pasaba la señal al próximo, y así sucesivamente hasta llegar a Ierushalaim. Cuando en el pueblo judío había solo tzadikim, también sabían que el macho cabrío había llegado al desierto con sólo observar que el hilo color escarlata que estaba atado en la entrada del sector kodesh del Santuario se tornaba blanco. (Sin embargo, en los últimos tiempos, los Sabios ya no lo colgaban debido a que si no se blanqueaba, había una decepción general. Por consiguiente, ellos ordenaron que en vez de atar el hilo en la entrada del kodesh, el mensajero debía atar la mitad de éste en el farallón y la otra mitad en los cuernos del macho cabrío.)







Autor: Rabino Moshe Weissman

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