El Templo de Jerusalén (Beit Hamikdash, בית המקדש en hebreo) fue un santuario del pueblo de Israel, situado en la explanada del monte Moria, en la ciudad de Jerusalén, donde se ubican en la actualidad la Cúpula de la Roca y la mezquita de Al-Aqsa.
El rey Salomón mandó construir el primer Templo de Jerusalén para contener el Arca de la Alianza. El Templo quedó destruido en el año 586 a .C. por la invasión del babilonio Nabucodonosor.
A partir de entonces comenzó la edificación del Segundo Templo, completado en época de Herodes, en el siglo I a.C. El templo presidía de manera majestuosa la Jerusalén del siglo I a.C.
Aunque apenas quedan restos, el testimonio del historiador Flavio Josefo nos es útil para reconstruir el Templo tal como pudo ser. La entrada del templo herodiano era la Puerta Preciosa , cuyo acceso estaba prohibido a los no judíos. Después se entraba al Patio de las Mujeres, único recinto al que les estaba permitido acceder.
La última estancia del edificio era el santuario, con cuatro columnas con capiteles corintios en su fachada, cuya puerta sólo podía ser atravesada por los sacerdotes.
El Segundo Templo fue incendiado por el romano Tito en el año 70 EC. De él queda en pie solamente la sección oriental de la muralla que lo rodeaba, el actual Muro de las Lamentaciones.
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