Impresionado por la gran importancia del partido fariseo y esperando afianzarse en una posición de influencia, se unió a dicho partido a los diecinueve años, aunque no compartía ni sus puntos de vista religiosos, ni los políticos. Se traslada a Roma el año 64 para conseguir de Nerón la libertad de algunos sacerdotes judíos encarcelados que eran amigos suyos. Tuvo éxito al ganar el apoyo para su causa de Sabina Popea, esposa del emperador. Pero deslumbrado por la brillante vida de la corte de la metrópoli del mundo conocido hasta entonces, se fue alejando de la sensibilidad estricta judía cuya lucha contra el paganismo consideraba inútil. Después de su vuelta a Jerusalén, en el año 66 estalló la gran revuelta judía. Como la mayoría de la aristocracia judía, al inicio no compartía la revuelta de sus conciudadanos pero a pesar de ello si compartía la defensa de su soberanía y de sus sentimientos religiosos ultrajados; Cuando la suerte parecía favorecer a los insurgentes, al principio, Josefo con el resto de la nobleza sacerdotal se une a la rebelión, fue escogido por el Sanedrín de Jerusalén como Comandante en Jefe de Galilea. Como tal estableció en cada ciudad un consejo de jueces cuyos miembros eran reclutados entre los que compartían sus puntos de vista políticos. Realizó las negociaciones diplomáticas y sus funciones militares con prudencia y astucia. Aunque al principio los judíos tuvieron éxito, cuando el General Vespasiano avanzó con el ejército principal desde Antioquia a sangre y fuego, los insurgentes huyeron o se refugiaron en sus fortalezas. Josefo y otros valientes se defendieron durante seis semanas en la fortaleza, casi inexpugnable, de Jotapata. En el verano del año 67, cuando la guarnición estaba exhausta por la falta de agua y provisiones, los romanos tomaron la ciudadela; la mayoría de los patriotas fueron pasados a cuchillo, pero Josefo escapó de la masacre ocultándose en una cisterna de difícil acceso y saliendo de la misma solo cuando estuvo seguro de que su vida sería respetada. Llevado a presencia del general victorioso, para congraciarse con Vespasiano hizo gala de su gran formación, lo que le permitió ser ascendido a caballero del imperio, junto con Tito, hijo de Vespasiano. A pesar todo ello, Vespasiano lo mantuvo como siervo y solo lo liberó en el año 69 cuando fue nombrado emperador Vespasiano.
Como un liberto de Vespasiano, Josefo asumió de acuerdo con la costumbre romana el apellido de Vespasiano Flavio. Él acompañó al emperador incluso hasta Egipto, y cuando este último pasa a su hijo la tarea de continuar
En la corte le permitieron dedicarse hasta su muerte con exclusividad a su trabajo literario falleciendo probablemente durante en tiempos de Trajano hacia el 101. Tanto en su vida, como en sus escritos, siguió una política a medias entre la cultura judía y la pagana, por lo que sus compatriotas judíos le acusaron de inmoral e hipócrita. Sus obras están escritas en un griego elegante, para influir en la clase elegante de su tiempo y combatir diversos prejuicios antijudíos.
La primera obra de Josefo fue la "La guerra de los judíos" de siete tomos. Se basa principalmente en notas de sus memorias tomadas durante la guerra por la independencia (66-73 de
El segundo trabajo de Josefo, las "Las Antigüedades Judías", contiene en veinte libros la historia entera de los judíos desde
"Aproximadamente este tiempo vivió a Jesús, un hombre lleno de sabiduría, si de hecho uno puede llamarle hombre. Porque realizaba hechos increíbles, y era maestro de los que se alegraban con la verdad. Atrajo hacia sí a muchos, judíos y gentiles. Él era el Cristo. Por la acusación de las autoridades de nuestro pueblo, Pilato lo condenó a muerte en la cruz; no obstante aquéllos que lo habían amado antes le permanecieron fieles. Al tercer día se les apareció de nuevo vivo, entro otras mil maravillas, tal y como lo habían predicho los profetas enviados por Dios. Y al día hoy el pueblo de los que se llaman cristianos después de Él permanece."
Se califica la obra de Josefo como valiosísima para la historia del pueblo escogido por el hecho que las "Antigüedades" testifican la verdad de
Las obras de Josefo se tradujeron al latín en una fecha temprana. Cuando se inventó el arte de la impresión, sus obras circularon en todos los idiomas
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