El Sanedrín (סנהדרין) era, en el Antiguo Israel, una asamblea o consejo de sabios estructurado en 23 jueces en cada ciudad judía. A su vez, el Gran Sanedrín era la asamblea o corte suprema de 71 miembros del pueblo de Israel.
El Sanedrín constaba de 71 miembros: el sumo sacerdote y 70 hombres prominentes de la nación. En tiempos de los romanos, lo componían tres grupos: la aristocracia sacerdotal (fundamentalmente saduceos), la aristocracia laica y los instruidos escribas del grupo de los fariseos. La aristocracia sacerdotal, apoyada por la nobleza laica, estaba al frente del tribunal. Los saduceos eran conservadores, mientras que los fariseos eran liberales y, en su gran mayoría, plebeyos con mucha influencia sobre el pueblo. Según el historiador Flavio Josefo, los saduceos se plegaban a las exigencias de los fariseos, a veces a regañadientes.
El Sanedrín funcionaba como un cuerpo judicial, cuya jurisdicción no se limitaba solamente a asuntos religiosos, sino que también actuaba en el ámbito civil. Funcionó durante la época de la dominación romana de Israel, desde la etapa final del Segundo templo de Jerusalén hasta el siglo V. Estaba dirigida por un sumo sacerdote.
Tenía competencias sobre la doctrina religiosa judía: establecer el calendario de fiestas y regular la vida religiosa del país. Como gobierno político, elaborar y aprobar las leyes, verificar el cumplimiento del marco legal y juzgar los delitos. Estos poderes estaban limitados por las autoridades romanas. Así por ejemplo, si el Sanedrín condenaba a muerte a una persona, no podía aplicarse la sentencia sin la autorización del gobernador o procurador romano.
Se sabe que en el Gran Sanedrín existían tres partidos: los saduceos, los fariseos y los zelotes.
De acuerdo con la Misnáh , el Sanedrín era el único tribunal con autoridad para atender asuntos de importancia nacional, tratar con jueces que cuestionaban sus decisiones y juzgar a falsos profetas.
Con excepción de los sábados y los días sagrados, el Sanedrín se reunía todos los días en su sala de reuniones. Las sesiones se extendían desde la hora del sacrificio matinal hasta la ofrenda de la tarde, así que solo se celebraban juicios durante el día. Además, como las sentencias de muerte no se dictaban el mismo día del juicio, sino el siguiente, estos casos no se juzgaban la víspera de un sábado ni de una fiesta. También se advertía seriamente a los testigos sobre la gravedad de derramar sangre inocente.
En conclusión, el Sanedrín, si bien poseía una injerencia importante en algunas de las decisiones del Imperio romano, no podía condenar a nadie a muerte.
En el año 70 de nuestra era, los romanos destruyeron Jerusalén y su templo. De este modo, se derrumbó todo el sistema judío y, con el tiempo, desapareció el propio Sanedrín.
Reaparición después de 1600 años (2004)
Desde la disolución del Sanedrín en el año 358, no se ha reconocido universalmente autoridad dentro de la ley judía.
Maimónides (1135-1204) fue uno de los más grandes eruditos de la Edad Media y es posiblemente uno de los estudiosos más ampliamente aceptados entre el pueblo judío, desde la clausura del Talmud en el año 500. Influido por la escuela racionalista del pensamiento y, en general, inclinado por una redención natural (en oposición a lo milagroso) del pueblo judío, Maimónides propone una solución racionalista para lograr el objetivo de restablecer el más alto tribunal en la tradición judía, invistiéndolo de la misma autoridad que gozaba originalmente. Ha habido varios intentos para aplicar las recomendaciones de Maimónides, la última de ellas en los tiempos modernos.
El problema de la reinstauración del Sanedrín radica en que, al interrumpirse su actividad, no existía un ente con la autoridad suficiente para nombrar a alguien como miembro del Sanedrín. La propuesta de Maimónides se encuentra en su obra Mishné Tora:
«Me parece que si todos los sabios de la Tierra de Israel consienten en nombrar dayanim (jueces) y concederles semichah (ordenación), tienen el derecho de musmachim y puedan juzgar los casos de pena y están autorizados para conceder semichah a los demás [restaurando así] bíblica ordenación. (Mishé Tora, Hiljot Sanedrin 4:11)»
A partir de esta posición, ha habido intentos de renovar la ordenación rabínica y restablecer un Sanedrín: el rabino Jacob Berab en 1538, el rabino Israel Shklover en 1830, el rabino Aharon HaCohen Mendel en 1901, el Rabino Zvi Kovsker en 1940 y el rabino Yehuda Leib Maimón en 1949, además del Sanedrin de Napoleón, en 1806.
El último intento es de octubre de 2004 (Tishrei 5765), cuando un grupo de rabinos que representan diversas comunidades ortodoxas en Israel llevó a cabo una ceremonia en Tiberias, donde el Sanedrín original se había disuelto, en la que el grupo reestablece el Sanedrín de acuerdo con la propuesta de Maimónides y la obra jurídica del rabino Yosef Karo (Shuljan Aruj). Esta iniciativa no ha sido reconocida universalmente, y la mayor parte de los rabinos más reconocidos dentro del mundo ortodoxo optaron por no formar parte de la misma (aunque en general se abstuvieron de condenarla).
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