lunes, 5 de julio de 2010
EL IMPERIO ARSÁCIDA – LOS PARTOS
Los partos originalmente eran una tribu perteneciente a los escitas distinguidos por ser criadores de caballos, camellos bactrianos y comerciantes de la Ruta de la seda, con el nombre de parnos (parni o aparni), que residía en el sureste del Mar Caspio. Tras haber conquistado la provincia persa de Partia adoptaron el nombre partos, derivado de este lugar.
Como una región habitada por los partos, Partia aparece por vez primera como una entidad política en las listas aqueménidas de gobiernos locales («satrapías») bajo su dominio. Antes de esto, los pueblos de la región parecían haber estado sometidos a los medos, y textos asirios del siglo VII mencionan un país llamado Partakka o Partukka (aunque puede que «no coincidiera topográficamente con lo que luego fue Partia»).
De cualquier manera, un año después de que Ciro I derrotase al medo Astiages, Partia se convirtió en una de las primeras provincias en reconocer a Ciro como su gobernante, «y esta alianza aseguró los flancos orientales de Ciro y le permitieron dirigir la primera de sus campañas imperiales - contra Sardes». Según las fuentes griegas, después de que Darío I se hiciera con el trono aqueménida, los partos se unieron con el rey medo Fraortes para rebelarse contra él. Histaspes, el gobernador aqueménida de la provincia consiguió reprimir la revuelta, lo que parece haber ocurrido en torno al año 522/521 a. C.
La primera mención irania indígena de Partia está en la inscripción de Behistún de Darío I, donde Partia se encuentra incluida entre las satrapías cerca de Drangiana. La inscripción data de alrededor del año 520 a. C. El centro de la administración «pudo haber estado en [lo que más tarde sería conocido como] Hecatómpilo». Los partos también aparecen en la lista de Heródoto de pueblos sometidos a los aqueménidas; el historiador trata a los partos, corasmianos, sogdianos y areios como pueblos de una sola satrapía (la 16.ª) cuyo tributo anual al rey afirma Heródoto que era de sólo 300 talentos de plata. Esto «ha causado con razón inquietud a los modernos eruditos».
En la batalla de Gaugamela en 331 a. C. entre las fuerzas de Darío III y las de Alejandro, una de tales unidades partas fue comandada por Fratafernes, que era entonces el gobernador aqueménida de Partia. Tras la derrota de Darío III, Fratafernes entregó su gobierno a Alejandro cuando el macedonio llegó allí en el verano del año 330 a. C. Fratafernes fue nombrado de nuevo gobernador por Alejandro.
Tras la muerte de Alejandro, en la Partición de Babilonia del año 323 a. C., Partia se convirtió en una región seléucida con Nicanor. Fratafernes, el anterior gobernador, se convirtió en gobernador de Hircania. En 320 a. C., en la Pacto de Triparadiso, Partia fue reasignada a Filipo, anterior gobernador de Sogdiana. Unos pocos años más tarde, la provincia fue invadida por Peitón, gobernador de Media Mayor, quien entonces intentó hacer gobernador a su hermano Eudamo. Peitón y Eudamo fueron rechazados, y Partia permaneció una región por derecho propio.
En 316 a. C., Estasander, un vasallo de Seleuco I Nicátor y gobernador de Bactria y al parecer también de Aria y Margiana, fue nombrado gobernador de Partia. Durante los siguientes sesenta años, varios seléucidas serían nombrados gobernadores de la provincia.
En 247 a. C., después de la muerte de Antíoco II, Ptolomeo III tomó el control de la capital seléucida en Antioquía, y «de esa manera dejó el futuro de la dinastía seléucida por un momento en cuestión». Aprovechando la incertidumbre de la situación política, Andrágoras, el gobernador seléucida de Partia, proclamó su independencia y comenzó a acuñar sus propias monedas.
«Un hombre llamado Arsaces, de origen escita o bactriano, [fue] elegido líder de los Parni», unos pueblos iranios orientales del valle del río Tajen/Tajend, al sureste del Mar Caspio. Tras la secesión de Partia respecto al Imperio seléucida y la resultante pérdida del apoyo militar seléucida, Andrágoras tuvo dificultad en mantener sus fronteras, y alrededor del año 238 a. C. - bajo el mando de «Arsaces y su hermano Tirídates» - los Parni invadieron Partia y tomaron el control de Astabene (Astawa), la región septentrional de aquel territorio, la capital administrativa de la que era Kabuchan (Kuchan en la vulgata).
Desde 250 a. C. a 238 a. C. los partos conquistaron, bajo su rey Arsaces, las regiones persas del imperio de los seléucidas y renovaron de esta manera el Imperio persa.
Un poco después de que los parni tomaran el resto de Partia a Andrágoras, matándole en el proceso. Aunque una inicial expedición punitiva de los seléucidas con Seleuco II no tuvo éxito, los seléucidas bajo Antíoco III recuperaron el territorio controlado por los arsácidas en 209 a. C. del sucesor de Arsaces (o Tiridates), Arsaces II. Arsaces II pidió la paz y aceptó un estatus de vasallo, y no fue hasta el nieto de Arsaces II (o su sobrino-nieto) Fraates I, que los arsácidas/Parni comenzarían de nuevo a afirmar su independencia.
Desde su base en Partia, los dinastas arsácidas con el tiempo extendieron su dominio para incluir la mayor parte del Gran Irán. Incluso cuando los arsácidas sólo esporádicamente tuvieron su capital en Partia, la base de su poder estaba allí, entre las familias feudales partas, de cuyo apoyo militar y financiero dependían los arsácidas. A cambio de su apoyo, estas familias recibieron amplias concesiones de tierra en los territorios primeramente conquistadas adyacentes a Partia, que la nobleza parta entonces gobernó como gobernadores provinciales. Las más grandes de estas ciudades-estado fueron Kuchan, Semnán, Gorgan, Merv, Zabol y Yazd.
En el año 141 a. C., con Mitrídates I como rey, los partos añadieron Mesopotamia a su imperio. Éste fue el primero en ostentar el título «Sháh an Sháh» (Rey de reyes). Con Mitrídates II (124/123–88/87 a. C.) se abre en el año 115 a. C. la ruta de la seda, recibiendo una delegación del emperador chino Liu Che, el Guerrero (Wu Di).
Desde alrededor del año 105 a. C. en adelante, el poder y la influencia del puñado de familias nobles partas era tal que frecuentemente se opusieron al monarca, y con el tiempo llegarían a ser un «factor decisivo en la caída» de la dinastía.
Desde el año 130 a. C. en adelante, Partia sufrió numerosas incursiones por varias tribus nómadas, incluyendo a los sakas, los yeuchi y los masagetas. Cada vez, los dinastas arsácidas respondieron personalmente, haciéndolo incluso cuando había amenazas más severas de los seléucidas o de los romanos amenazándolos en las fronteras occidentales de su imperio, como ocurrió con Mitrídates I). Defender al imperio de los nómadas le costó sus vidas a Fraates II y Artabano I.
Poco después de su primer encuentro con los romanos, el Imperio parto se convierte en rival de Roma para conseguir la hegemonía al este del Mediterráneo. Una infinidad de confrontaciones militares caracterizó desde entonces la relación entre los dos estados. Una de las derrotas romanas más sonadas es seguramente la batalla de Carrhae del año 53 a. C., donde 20.000 soldados romanos perdieron su vida y 10.000 quedaron cautivos de los partos. La causa de esta batalla había sido la ruptura del contrato del año 69 a. C. que reconocía al Éufrates como frontera entre ambas potencias, por parte de Marco Licinio Craso, gobernador romano de la provincia de Siria.
Alrededor del año 32 a. C., la guerra civil estalló entre un tal Tirídates que se rebeló contra Fraates IV, probablemente con el apoyo de la nobleza que Fraates había perseguido previamente. La revuelta fue inicialmente exitosa, pero fracasó en el año 25 a. C.
En el año 20 a. C., bajo Augusto, el Imperio romano y el Parto reconocieron de nuevo el Éufrates con la ciudad Dura Europos como frontera. En el año 9/8 a. C., la nobleza parta consiguieron poner el rey que preferían en el trono, pero Vonones demostró ser demasiado estricto controlando el presupuesto, así que fue usurpado por Artabano I, quien parece haber sido un noble parto no arsácida. Pero cuando Artabano intentó consolidar su posición, fracasó al hacerlo en las regiones donde los gobernantes provinciales partos prevalecieron.
Hubo nuevos conflictos bélicos con el Imperio romano bajo el mandato de Nerón (54–68 d. C.). Trajano consiguió victorias importantes sobre los partos, por lo que recibió el sobrenombre de «Párthico», aunque no consiguió la aniquilación completa del territorio. Con Adriano siguió una época de paz relativa aunque ya bajo Marco Aurelio volvieron a producirse enfrentamientos y los partos recuperaron los territorios perdidos.
A menudo en las guerras con los partos se demuestra el mismo esquema: tras una ofensiva sorprendente que a menudo conseguía llegar hasta Siria o Armenia, sigue un contraataque romano con tropas de refuerzo. Éstas a menudo eran exitosas y conseguían reconquistar Armenia y Mesopotamia. La capital parta, Ctesifonte, también cayó repetidas veces. Sin embargo, los romanos nunca consiguieron consolidar sus conquistas y tras su retirada se restablecía la situación inicial. A la vista de las numerosas guerras, la fronteras del Éufrates se demostraron sorprendentemente estables.
El poder militar de los partos residía sobre todo en su caballería con arqueros y su caballería pesada, los Katafraktoi o catafractos y los Klibanoforoi.
Para el siglo II d. C., las guerras con Roma y con los nómadas, y las luchas internas entre la nobleza parta había debilitado a los arsácidas hasta el punto de que ya no podían defender sus territorios sometidos. El imperio se dividió conforme los vasallos comenzaron a reclamar su independencia o eran sometidos por otros. En el año 200 empezó un levantamiento en Persia bajo Ardacher I, miembro de la dinastía sasánida. Los arsácidas finalmente fueron derrocados por los sasánidas persas, que anteriormente eran un vasallo menor del suroeste de Irán. Ardacher mató en abril de 224 al último rey parto Artabán IV. Ardacher fue coronado rey y fundó la dinastía de los sasánidas.
Bajo el gobierno sasánida, Partia fue incorporada a la provincia recientemente formada, Jorasán y por lo tanto dejó de existir como una entidad política. Parte de la nobleza parta siguió resistiéndose al dominio sasánida durante algún tiempo, pero la mayor parte cambiaron su alianza con los persas muy pronto. Varias familias que reclamaban descender de las familias nobles partas se convirtieron en una institución sasánida llamada las «Siete dinastías», cinco de las cuales son «con toda probabilidad» no partas, pero se inventaron genealogías «para enfatizar la antigüedad de sus familias».
Los partos originalmente eran una tribu perteneciente a los escitas distinguidos por ser criadores de caballos, camellos bactrianos y comerciantes de la Ruta de la seda, con el nombre de parnos (parni o aparni), que residía en el sureste del Mar Caspio. Tras haber conquistado la provincia persa de Partia adoptaron el nombre partos, derivado de este lugar.
Como una región habitada por los partos, Partia aparece por vez primera como una entidad política en las listas aqueménidas de gobiernos locales («satrapías») bajo su dominio. Antes de esto, los pueblos de la región parecían haber estado sometidos a los medos, y textos asirios del siglo VII mencionan un país llamado Partakka o Partukka (aunque puede que «no coincidiera topográficamente con lo que luego fue Partia»).
De cualquier manera, un año después de que Ciro I derrotase al medo Astiages, Partia se convirtió en una de las primeras provincias en reconocer a Ciro como su gobernante, «y esta alianza aseguró los flancos orientales de Ciro y le permitieron dirigir la primera de sus campañas imperiales - contra Sardes». Según las fuentes griegas, después de que Darío I se hiciera con el trono aqueménida, los partos se unieron con el rey medo Fraortes para rebelarse contra él. Histaspes, el gobernador aqueménida de la provincia consiguió reprimir la revuelta, lo que parece haber ocurrido en torno al año 522/521 a. C.
La primera mención irania indígena de Partia está en la inscripción de Behistún de Darío I, donde Partia se encuentra incluida entre las satrapías cerca de Drangiana. La inscripción data de alrededor del año 520 a. C. El centro de la administración «pudo haber estado en [lo que más tarde sería conocido como] Hecatómpilo». Los partos también aparecen en la lista de Heródoto de pueblos sometidos a los aqueménidas; el historiador trata a los partos, corasmianos, sogdianos y areios como pueblos de una sola satrapía (la 16.ª) cuyo tributo anual al rey afirma Heródoto que era de sólo 300 talentos de plata. Esto «ha causado con razón inquietud a los modernos eruditos».
En la batalla de Gaugamela en 331 a. C. entre las fuerzas de Darío III y las de Alejandro, una de tales unidades partas fue comandada por Fratafernes, que era entonces el gobernador aqueménida de Partia. Tras la derrota de Darío III, Fratafernes entregó su gobierno a Alejandro cuando el macedonio llegó allí en el verano del año 330 a. C. Fratafernes fue nombrado de nuevo gobernador por Alejandro.
Tras la muerte de Alejandro, en la Partición de Babilonia del año 323 a. C., Partia se convirtió en una región seléucida con Nicanor. Fratafernes, el anterior gobernador, se convirtió en gobernador de Hircania. En 320 a. C., en la Pacto de Triparadiso, Partia fue reasignada a Filipo, anterior gobernador de Sogdiana. Unos pocos años más tarde, la provincia fue invadida por Peitón, gobernador de Media Mayor, quien entonces intentó hacer gobernador a su hermano Eudamo. Peitón y Eudamo fueron rechazados, y Partia permaneció una región por derecho propio.
En 316 a. C., Estasander, un vasallo de Seleuco I Nicátor y gobernador de Bactria y al parecer también de Aria y Margiana, fue nombrado gobernador de Partia. Durante los siguientes sesenta años, varios seléucidas serían nombrados gobernadores de la provincia.
En 247 a. C., después de la muerte de Antíoco II, Ptolomeo III tomó el control de la capital seléucida en Antioquía, y «de esa manera dejó el futuro de la dinastía seléucida por un momento en cuestión». Aprovechando la incertidumbre de la situación política, Andrágoras, el gobernador seléucida de Partia, proclamó su independencia y comenzó a acuñar sus propias monedas.
«Un hombre llamado Arsaces, de origen escita o bactriano, [fue] elegido líder de los Parni», unos pueblos iranios orientales del valle del río Tajen/Tajend, al sureste del Mar Caspio. Tras la secesión de Partia respecto al Imperio seléucida y la resultante pérdida del apoyo militar seléucida, Andrágoras tuvo dificultad en mantener sus fronteras, y alrededor del año 238 a. C. - bajo el mando de «Arsaces y su hermano Tirídates» - los Parni invadieron Partia y tomaron el control de Astabene (Astawa), la región septentrional de aquel territorio, la capital administrativa de la que era Kabuchan (Kuchan en la vulgata).
Desde 250 a. C. a 238 a. C. los partos conquistaron, bajo su rey Arsaces, las regiones persas del imperio de los seléucidas y renovaron de esta manera el Imperio persa.
Un poco después de que los parni tomaran el resto de Partia a Andrágoras, matándole en el proceso. Aunque una inicial expedición punitiva de los seléucidas con Seleuco II no tuvo éxito, los seléucidas bajo Antíoco III recuperaron el territorio controlado por los arsácidas en 209 a. C. del sucesor de Arsaces (o Tiridates), Arsaces II. Arsaces II pidió la paz y aceptó un estatus de vasallo, y no fue hasta el nieto de Arsaces II (o su sobrino-nieto) Fraates I, que los arsácidas/Parni comenzarían de nuevo a afirmar su independencia.
Desde su base en Partia, los dinastas arsácidas con el tiempo extendieron su dominio para incluir la mayor parte del Gran Irán. Incluso cuando los arsácidas sólo esporádicamente tuvieron su capital en Partia, la base de su poder estaba allí, entre las familias feudales partas, de cuyo apoyo militar y financiero dependían los arsácidas. A cambio de su apoyo, estas familias recibieron amplias concesiones de tierra en los territorios primeramente conquistadas adyacentes a Partia, que la nobleza parta entonces gobernó como gobernadores provinciales. Las más grandes de estas ciudades-estado fueron Kuchan, Semnán, Gorgan, Merv, Zabol y Yazd.
En el año 141 a. C., con Mitrídates I como rey, los partos añadieron Mesopotamia a su imperio. Éste fue el primero en ostentar el título «Sháh an Sháh» (Rey de reyes). Con Mitrídates II (124/123–88/87 a. C.) se abre en el año 115 a. C. la ruta de la seda, recibiendo una delegación del emperador chino Liu Che, el Guerrero (Wu Di).
Desde alrededor del año 105 a. C. en adelante, el poder y la influencia del puñado de familias nobles partas era tal que frecuentemente se opusieron al monarca, y con el tiempo llegarían a ser un «factor decisivo en la caída» de la dinastía.
Desde el año 130 a. C. en adelante, Partia sufrió numerosas incursiones por varias tribus nómadas, incluyendo a los sakas, los yeuchi y los masagetas. Cada vez, los dinastas arsácidas respondieron personalmente, haciéndolo incluso cuando había amenazas más severas de los seléucidas o de los romanos amenazándolos en las fronteras occidentales de su imperio, como ocurrió con Mitrídates I). Defender al imperio de los nómadas le costó sus vidas a Fraates II y Artabano I.
Poco después de su primer encuentro con los romanos, el Imperio parto se convierte en rival de Roma para conseguir la hegemonía al este del Mediterráneo. Una infinidad de confrontaciones militares caracterizó desde entonces la relación entre los dos estados. Una de las derrotas romanas más sonadas es seguramente la batalla de Carrhae del año 53 a. C., donde 20.000 soldados romanos perdieron su vida y 10.000 quedaron cautivos de los partos. La causa de esta batalla había sido la ruptura del contrato del año 69 a. C. que reconocía al Éufrates como frontera entre ambas potencias, por parte de Marco Licinio Craso, gobernador romano de la provincia de Siria.
Alrededor del año 32 a. C., la guerra civil estalló entre un tal Tirídates que se rebeló contra Fraates IV, probablemente con el apoyo de la nobleza que Fraates había perseguido previamente. La revuelta fue inicialmente exitosa, pero fracasó en el año 25 a. C.
En el año 20 a. C., bajo Augusto, el Imperio romano y el Parto reconocieron de nuevo el Éufrates con la ciudad Dura Europos como frontera. En el año 9/8 a. C., la nobleza parta consiguieron poner el rey que preferían en el trono, pero Vonones demostró ser demasiado estricto controlando el presupuesto, así que fue usurpado por Artabano I, quien parece haber sido un noble parto no arsácida. Pero cuando Artabano intentó consolidar su posición, fracasó al hacerlo en las regiones donde los gobernantes provinciales partos prevalecieron.
Hubo nuevos conflictos bélicos con el Imperio romano bajo el mandato de Nerón (54–68 d. C.). Trajano consiguió victorias importantes sobre los partos, por lo que recibió el sobrenombre de «Párthico», aunque no consiguió la aniquilación completa del territorio. Con Adriano siguió una época de paz relativa aunque ya bajo Marco Aurelio volvieron a producirse enfrentamientos y los partos recuperaron los territorios perdidos.
A menudo en las guerras con los partos se demuestra el mismo esquema: tras una ofensiva sorprendente que a menudo conseguía llegar hasta Siria o Armenia, sigue un contraataque romano con tropas de refuerzo. Éstas a menudo eran exitosas y conseguían reconquistar Armenia y Mesopotamia. La capital parta, Ctesifonte, también cayó repetidas veces. Sin embargo, los romanos nunca consiguieron consolidar sus conquistas y tras su retirada se restablecía la situación inicial. A la vista de las numerosas guerras, la fronteras del Éufrates se demostraron sorprendentemente estables.
El poder militar de los partos residía sobre todo en su caballería con arqueros y su caballería pesada, los Katafraktoi o catafractos y los Klibanoforoi.
Para el siglo II d. C., las guerras con Roma y con los nómadas, y las luchas internas entre la nobleza parta había debilitado a los arsácidas hasta el punto de que ya no podían defender sus territorios sometidos. El imperio se dividió conforme los vasallos comenzaron a reclamar su independencia o eran sometidos por otros. En el año 200 empezó un levantamiento en Persia bajo Ardacher I, miembro de la dinastía sasánida. Los arsácidas finalmente fueron derrocados por los sasánidas persas, que anteriormente eran un vasallo menor del suroeste de Irán. Ardacher mató en abril de 224 al último rey parto Artabán IV. Ardacher fue coronado rey y fundó la dinastía de los sasánidas.
Bajo el gobierno sasánida, Partia fue incorporada a la provincia recientemente formada, Jorasán y por lo tanto dejó de existir como una entidad política. Parte de la nobleza parta siguió resistiéndose al dominio sasánida durante algún tiempo, pero la mayor parte cambiaron su alianza con los persas muy pronto. Varias familias que reclamaban descender de las familias nobles partas se convirtieron en una institución sasánida llamada las «Siete dinastías», cinco de las cuales son «con toda probabilidad» no partas, pero se inventaron genealogías «para enfatizar la antigüedad de sus familias».
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