Claramente, el proceso de la infiltración israelita en Canaán es más complicado que lo narrado en la Biblia. El patrón del establecimiento y la génesis de Israel como pueblo fue un proceso complejo que implicaba principalmente a grupos nativos de pastores de Canaán (quizás incluyendo habiru y shasu), con una cierta infiltración de grupos exteriores, tales como hititas y arameos del norte así como grupos meridionales de shasus tales como los keinitas, alguno de lo cuales puede haber venido de otras zonas controladas por Egipto. Cuando Israel conquistaba Canaán, Egipto estaba nominalmente en control de la región
Creciente Fértil |
Genéticamente, los judíos demuestran tener conexiones con el pueblo kurdo y otros grupos del norte de Iraq, sugiriendo ésta como el área de la cual la mayoría de sus antepasados vinieron originalmente, un hecho confirmado arqueológicamente a partir del período Khirbet Kerak, período medio de la Edad del Bronce, con la expansión de los hurritas (horreos en el Tanaj), y con la de los shasu (egipcios en el Tanaj) y de ahlamu (acadios, asirios y arameos en el Tanaj, también) al principio de la Edad del Hierro.
Ramsés II |
Distribución de las tribus alrededor del 930 a. EC. Según la Biblia, tras salir de Egipto, los israelitas vagaron por el desierto durante una generación, para invadir luego la tierra de Canaán destruyendo ciudades cananeas, como Ai, Jericó y Hazor bajo las órdenes de Josué. Sin embargo, este hecho también se lo adjudica Ramses II que asegura haber conquistado Canaán y destruido Jericó y otras ciudades circa 1200 a. EC, a pesar del hecho de que Ai y Jericó parecen haber estado deshabitadas en este tiempo, desde que habían sido destruidas cerca del 1400 a. EC. Muchos otros de los sitios mencionados en el Libro de Josué también parecen haber estado abandonados en el 1200 (fecha sugerida por Mattfield como la más probable para el Éxodo), pero estaban ocupados en el siglo VII a. EC. Otros grupos podían haber desempeñado un papel protagonista en la destrucción de centros urbanos durante la última edad de bronce, como los pueblos del mar, entre los cuales estaban los filisteos y los mismos egipcios, que invadieron la zona muchas veces. Las guerras entre las ciudades-estados vecinas han desempeñado probablemente un papel importante.
Periodo de los Jueces.
Si los israelitas regresaron a Canaán hacia el 1400 a. EC., a era una época en que los grandes poderes de la región estaban concentrados entre Egipto y los ascendientes Hititas. Posteriormente, hacia el año 1200 a. EC. fue la época de los "pueblos del mar", en la que filisteos, tjekkers y posiblemente dananeos se instalaron a lo largo de la costa desde Gaza en el sur a Joppa en el norte. El Oriente Medio parecía vivir en una edad oscura, de la que tardó siglos en salir. La recuperación parece que comenzó en las ciudades comerciantes del área filistea, siguiendo hacia el norte, a las fenicias antes de avanzar hacia las zonas interiores, las colinas de Judea y Samaria (que recibirían los beneficios del comercio recién a finales del Siglo X a. EC.).
En sus ataques iniciales bajo Josué los hebreos ocuparon la mayoría de Canaán, que repartieron según las líneas familiares tradicionales derivadas de los hijos de Jacob y de José (las tribus de Israel). No había ningún gobierno formal, y el pueblo era guiado por los jueces.
Los Jueces eran los líderes carismáticos de su tiempo, personas inspiradas por el Espíritu Santo (Jue 3:10; 6:34; 11:29; 13:25; 14:6,19; 15:14,19). Eran los pastores del pueblo que generalmente pertenecían a las familias más importantes de sus tribus (2ª Sam 7:7).
En este tiempo, el nombre "Israel" se mencionó por primera vez en una fuente arqueológica contemporánea, la estela de Merenptah
La Monarquía y sus orígenes.
Hacia el Siglo XI a.C, los hijos de los sacerdotes-Jueces tomaban “lo mejor de las ofrendas para sí mismos”. Se daban a la avaricia, el soborno y pervirtieron el derecho (1ª Sam 2:14; 8:3). Asimismo Trataban con desprecio la ofrenda del Señor (1ª Sam 2:17). La cohesión israelí y la protección que Dios brindaba a esa nación dependía de "seguir el camino del Señor", por lo cual iban camino a la disolución.
Al mismo tiempo la prosperidad volvió a la región al final de la edad de bronce, se recuperó el comercio con Egipto y Mesopotamia, y se abrieron nuevas rutas comerciales, desde Cadesh-Barnea al sur, de Hebrón, Jerusalén y Lakís en Samaria, a Siloé, Siquem y a través de Galilea, a Megido y todo el valle de Jezreel. Esta ruta amenazaba el monopolio comercial de los filisteos, que intentaron dominarla tanto directamente, con una intervención militar contra las tribus de Israel, como indirectamente, promoviendo a mercenarios a posiciones de poder como los Achish de Gath, posteriores aliados de David.
Según lo permitido en el capítulo 7 del Deuteronomio, Israel decidió elegir un rey para luchar con eficacia (I Samuel 8:6, 20) contra la amenaza de sus vecinos. Según los libros de Samuel, el último de los jueces, la nación pidió un rey porque los hijos de Samuel, que habían sido designados como jueces, emplearon mal su cargo. Aunque él intentó disuadirlos, los israelitas estaban resueltos, por lo que Saul ben Qish, de la tribu de Benjamín, fue ungido como rey por Samuel. Desafortunadamente no se ha encontrado ninguna evidencia independiente sobre la existencia de Saúl, aunque el primer período de la Edad del Hierro era una fase de expansionismo filisteo, lo que está de acuerdo con el relato bíblico.
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