martes, 9 de abril de 2013

Recordando el levantamiento del gueto de Varsovia, 70 años después

En 1939 los nazis invaden Polonia, para octubre de 1940 confinan a 400.000 judíos polacos en un área de menos de 6 Kilómetros cuadrados en la capital de Polonia, Varsovia, donde normalmente vivían unos 160.000 polacos. El área es rodeada por un muro de 4 metros. Los que se atrevieran a salir morirían.

Seguro que algunos pensaban que esa era una forma más rápida de morir que quedarse dentro del Ghetto, donde morían entre 300 y 400 personas al día por falta de comida (el ingreso de comida permitido por los alemanes era mínimo) y cuidados médicos.

Para Julio de 1942 cuando se comenzó a sacar a los Judíos del Ghetto para enviarlos principalmente a Treblinka, 80.000 habían muerto. En Septiembre de ese año solo quedaban 60.000 judíos en el Ghetto.

En Enero de 1943 Himmler dio órdenes de que para el 15 de Febrero ya no debían quedar más judíos en el Ghetto. Los judíos sabían que el traslado significaba la muerte, debían resistir. Ahora ya casi no quedaban ancianos o niños, a los que tanto se protegía de las temidas represalias nazis, fuerte razón para no comenzar combates. 

En esas fechas Mordecai Anielewicz llegó al Ghetto, Anielewicz pertenecía al ya disuelto grupo de resistencia juvenil anti-fascista polaco, y se encontró con que solo quedaban 60.000 judíos (según algunas fuentes un poco más de la mitad de esta cifra) entre ellos dos pequeños grupos de resistencia, el Zydowska Organizacja Bojowa (Organización de Combate Judía) que se había armado mayoritariamente de armas cortas y granadas gracias al Armia Krajowa y al mercado negro. El ZOB estaba formado por unos 600 hombres divididos en 22 grupos de unos 20 a 30 hombres cada uno. Y al Zydowski Zwiazek Wojskowy (Unión de Combate Judía).

El 18 de enero los alemanes comenzaron a reunir a los polacos para hacer los últimos viajes y eliminar a todos los residentes del Ghetto. Algunos miembros del ZOB liderados por Anielewicz se infiltraron armados en una de las columnas que iban en dirección a los trenes. Otros miembros se subieron a las azoteas en la intersección de las calles Niska y Zamenhoff. Cuando la columna llegó a la intersección y después de oír una señal, los miembros del ZOB en la calle rompieron filas y comenzaron a atacar a sus guardias alemanes al mismo tiempo que lo hacían los de las azoteas. El resto de los judíos se dispersó y escapo de la deportación, la mayoría de los hombres de Anielewicz murieron en la calle, se desataron dos o tres batallas abiertas en otras calles, pero se vio que los enfrentamientos abiertos no daban resultado, los judíos se escondieron en azoteas y sótanos, escapando así de la deportación, en cuatro días los alemanes detuvieron la operación.

Después de las acciones de enero se detuvieron significativamente las ejecuciones ya que los alemanes tenían miedo de entrar a los sótanos, se levantó el toque de queda ya que los alemanes también tenían miedo de estar dentro del Ghetto por la noche. Los judíos prácticamente tenían el control. El ZOB comenzó a implantar la ley y a ejecutar a informantes y delatores. Se hicieron colectas con del poco dinero que quedaba en el Ghetto y cosas de valor para poder conseguir más armas en el mercado negro. Comenzaron a hacerse Molotov, entrenarse y prepararse, cada insurgente tenía una pistola y granadas o cocteles Molotov, pero solo había menos de 20 fusiles en todo el Ghetto Y tan solo una ametralladora.

Aquellos que no combatían preparaban los refugios anti aéreos creados por los alemanes para usarlos como Bunkers, creando pasajes subterráneos para unirlos. No había planes para escapar del Ghetto, era resistir o morir.

El Alzamiento

El 18 de Abril el SS-Brigadefuhrer Jürgen Stroop fue nombrado comandante de la guarnición de Varsovia. Stroop había participado en la primera guerra mundial y había dirigido un regimiento en la División “Totenkopf”, luego había servido en el Sipo y el SD. El 19 de Abril tomó el mando de las fuerzas de Varsovia reemplazando al Dr. Ferdinand von Sammern-Frankenegg.

El 19 de Abril comenzaron las deportaciones masivas nuevamente y estalló el alzamiento. Cuando los alemanes comenzaron a entrar en el Ghetto se encontraron con una feroz resistencia desde ventanas y azoteas desde donde llovían improvisadas granadas y cocteles Molotov.

Algunas unidades del AK intentaron abrir agujeros en las paredes del Ghetto usando minas anti-tanque desde afuera, pero los alemanes lograron impedírselo. Los ataques del AK afuera del Ghetto continuarían hasta el 23 de ese mes. Los polacos eliminaron varios soldados alemanes e incendiaron dos tanques el primer día. Los alemanes no pudieron vencer la resistencia a la que se enfrentaban. El ZOB resistió y las tropas del ZZW tuvieron que retirarse a la plaza Muranowski en los primeros dos días, donde pudieron crear una fuerte defensa.

Para el tercer día Stroop ordenó que se incendiaran las casas, y así se hizo. La lucha abierta del ZOB casi había terminado. Los judíos viendo su ventaja estratégica eliminada tuvieron que crear una guerra de guerrillas. En los siguientes días se hicieron varios ataques por parte de los judíos, se tacaban columnas con minas y camiones de transporte.

Para el 24 solo se atacaba por la noche y la mayor parte del tiempo estaban escondidos en los bunkers, los alemanes comenzaron a incendiarlos y algunos fueron enterrados vivos.

En esas fechas un comandante de una de las unidades del ZZW envió un mensaje al AK informando que estaba mal herido y que necesitaban armas y municiones. El 27 Henryk Iwański miembro del AK, tomó al Państwowy Korpus Bezpieczeństwa (Cuerpo de Seguridad) que consistía de 18 combatientes  y entró al Ghetto por un túnel para apoyar a los combatientes judíos. Entre los combatientes estaba su hermano Wacław y su hijo Roman, traían armas y municiones. Cuando llegaron decidieron quedarse para combatir junto a los miembros del ZZW en la plaza Muranowski. Wacław murió en el combate, Henryk y su hijo fueron gravemente heridos, su hijo letalmente, su otro hijo Zbigniew moriría el 3 de Mayo escoltando a un grupo de judíos fuera del Ghetto. Henryk logró salir y volvió por lo menos una vez a llevar municiones y suministros.

En esos días Stroop escribió “Los judíos se quedaban en los edificios en llamas hasta que por miedo a morir quemados saltaban desde las ventanas. Con los huesos rotos trataban de arrastrarse por la calle hasta algún edificio que no había sido alcanzado por las llamas. A pesar del peligro de morir quemados, los judíos y bandidos prefieren retornar a las llamas que ser capturados por nosotros.”


El 29 de Abril los alemanes lograron aplastar la resistencia en la plaza Muranowski. Los alemanes continuaron eliminando los bunkers sistemáticamente, usando granadas de humo, gases lacrimógenos e incluso gas venenoso según algunas declaraciones. Muchas veces los judíos salían de los bunkers abriendo fuego y lanzando granadas.


Principio del formulario
El 8 de Mayo los alemanes llegaron al 18 de la calle Mila, donde se encontraba el cuartel general del ZOB, lograron capturar el bunker luego de tres días de combate, Anielewicz murió en la batalla, así como gran parte de su estado mayor, muchos cometieron suicidio y otros escaparon por las cloacas. Para el 16 Stroop dio como finalizado el alzamiento.

Las bajas judías van desde 13.000 a 7.000 (según las fuentes), las cifras que dio Stroop sobre las bajas alemanas son de 16 muertos y 86 heridos, los polacos sostienen que eliminaron a más de 100 y cerca de 1000 fueron heridos.



FUENTES:
www.historyplace.com
www.jewishvirtuallibrary.org
www.ushmm.org
www.socialismtoday.org
www.holocaustresearchproject.org
www.wikipedia.org


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sábado, 24 de marzo de 2012

Judas Macabeo, el héroe de tantas batallas, muere en combate

El mercenario gálata, General Báquides parte hacia Jerusalén, en Judea, con las órdenes directas del rey Demetrio I de capturar y ejecutar a Judas Macabeo.
Enterado el rey sirio-macedonio Demetrio I, Soter, de la horrible muerte de su amigo y confidente el General Nicanor y de que sus despojos se habían entregado a la soldadesca para mancillar su cadáver ya horriblemente mutilado sin la cabeza y sin su mano derecha, aquella con la que empuñaba su certera y valerosa espada, confió de nuevo en el mercenario gálata, General Báquides, a quien ordenó que reuniera a su ejercito y acudiera de inmediato a Jerusalén para acabar con la vida del Jefe de los insurrectos: Judas Macabeo.

Báquides reúne un numeroso ejército

Báquides no tardó en reunir un gran ejército al que se le prometió el doble de soldada así como una cuantiosa recompensa para quien acabara con la vida del líder rebelde. En pocos días el mercenario consiguió reunir a más de 20.000 infantes y unos 2.000 jinetes más o menos con los que partió inmediatamente hacia Israel para dar debido cumplimiento a las órdenes del rey. El general odiaba profundamente al Jefe militar de los judíos por haberlo humillado y vencido en varias ocasiones al igual que les sucedió a los generales Sorón, Lisias, Gorgías, Ptolomeo y Nicanor.

La hora de la venganza había llegado.

En las postrimerías del año 161 a.e.c.cuando las tropas mercenarias llegaron a la Galilea Superior entablaron batalla con las tropas resistentes de los macabeos infringiéndoles una grave derrota. En Jotapata acabaron con el último foco de resistencia armada después de haber masacrado a gran parte de la población civil en los poblados o aldeas por los que iba pasando. No hicieron prisioneros, esas eran las órdenes del rey: guerra de exterminio si encontraban resistencia.

Camino de Jerusalén.

El ejército de Báquides, sin apenas bajas, siguió, a marchas forzadas, su ruta hacia la ciudad de Santa de Jerusalén a la que puso en estado de sitio.
Según Macabeos I, coincidiendo en esta ocasión con Flavio Josefo, la ciudad fortificada estaba defendida por unos 3.000 hombres los cuales al percatarse del numeroso ejército enemigo entraron en pánico y algunos de ellos intentaron huir sin saber que los mercenarios frigios y gálatas de Báquides tenían órdenes de no hacer prisioneros. Los que huyeron fueron masacrados sin piedad conforme se acercaban a las posiciones de las falanges greco-sirias.

Judas se mantiene firme en la defensa de la ciudad de David.

Con apenas 1.000 combatientes Judas, después de arengar a sus tropas y levantarles el ánimo, salió a campo abierto a presentar batalla a las fuerzas enemigas que ya habían desplegado a sus falanges en orden de combate cubriendo ambos flancos los escuadrones de caballería.
A pesar de ser sabedor de la diferencia numérica, Judas, ordenó un ataque frontal de su infantería sobre las falanges sirias.

Los judíos estaban parcamente pertrechados pero su valor y arrojo no impidió que en un principio pareciese que la batalla se iba a decantar a su favor pues si bien llevaban armas poco apropiadas para esa clase de lucha, el ardor en el combate, su moral y su fe les hacían parecer superiores al enemigo.
Báquides hace un amago de huida y confunde a los mandos judíos
Sin embargo la batalla dio un giro inesperado. En un momento determinado el General sirio dio órdenes a sus banderines de mando para que transmitieran la orden de retirada a la vez que él emprendía la huida con un escuadrón de caballeria de la guardia personal del rey y cinco elefantes de guerra ataviados con los enseñas reales en dirección a Elasá.
Advertido a través de los agentes del sumo sacerdote Alcimo de la maniobra de los sirios, Eleazar Avarán, hermano de Judas, incumpliendo las órdenes dadas por el Macabeo de mantener unidas las fuerzas dada su inferioridad, salió en persecución de la comitiva que daba a entender que el rey Demetrio también observaba el combate. Esta maniobra hizo que las tropas nacionalistas quedaran divididas y en desventaja siendo brutalmente masacradas por las falanges sirias.
Eleazar atacó a uno de los elefantes creyendo que era el del rey y lo lanceó en el abdomen dándole muerte inmediata pero con tal desgracia que el animal, herido de muerte, se precipitó sobre él ocasionándole una muerte inmediata por aplastamiento.
Muere Judas Macabeo, el caudillo judío
El ala izquierda de la caballería siria siguiendo las instrucciones de su General atacó a las fuerzas judías haciendo una gran matanza entre ellas.
Judas se batió valerosamente hasta que un sirio le hincó una lanza por la espalda dejando al héroe herido mortalmente. Su cuerpo fue retirado velozmente del campo de batalla y escondido para impedir que sus enemigos se hicieran con él y vejaran su cuerpo inerte.
Sus hermanos, tiempo después, enterraron en el panteón familiar de Modín sus restos mortales junto a los de su padre Matatías. Antes de morir Judas dejó dicho que su sucesor fuese su hermano menor Jonatan mientras que Simón debía seguir como Jefe político-religioso del Consejo de la Revolución pero sin adquirir ninguno de ellos la dignidad ni de rey ni de sumo sacerdote.
Después de estos hechos, Demetrio I Soter, reafirmó su autoridad temporal sobre la nación judía pero pronto los hermanos de Judas, Jonatán primero y Simón tras ser asesinato éste, se pusieron al mando de las tropas nacionalistas hebreas y continuaron la lucha armada contra el Imperio Sirio-macedonio de los seléucidas.

Conclusiones

Betzalel Bar Kochva, historiador israelí, sostuvo en su ensayo «El Ejército seléucida» editado por Cambridge University Press en 1976, que si los judíos hubieran tenido el mismo contingente de tropas, en número, y Judas no hubiera caído en el ardid de la fingida huida de Báquides la suerte de la batalla se hubiera decantado de nuevo a favor de los judíos argumentando que era una empresa susceptible de cualquier militar de la época, sin embargo obvió que las tropas macabeas estaban mal pertrechadas y peor entrenadas como para hacer frente al orden de batalla de las falanges macedonias de la época.




 



 

viernes, 9 de diciembre de 2011

¿Qué se celebra realmente el 25 de diciembre?

El origen de las fiestas cristianas de la Navidad

Es curioso destacar que en las listas más antiguas que hoy en día se conocen sobre las festividades cristianas -las de Ireneo y las de Tertuliano-, no se hace mención alguna a ninguna festividad que celebre el natalicio de Jesucristo.
Existen evidencias históricas que confirman, que en el año 350 de la Era Común y a instancias del papa Julio I se quiso poner fin  al libertinaje imperante en los templos durante la Edad Media, y al seguimiento de las Saturnales–fiestas de origen pagano de la antigua Roma-, por parte de muchos fieles que se mezclaban con paganos en aldeas, pueblos y ciudades para celebrar juntos dichas festividades. Dadas las circunstancias, la curia de la Iglesia Católica, Apostólica y Romana -encabezada por el papa Liberio-, decretó en el año 354 y de forma muy sui generis, que Jesús de Nazaret nació un 25 de diciembre -en coincidencia con la Saturnalia-, en Belén de Judea. Así, sin más, sin ningún rigor de tipo histórico o arqueológico que lo viniera a confirmar.
Esta teoría venía ya de mucho tiempo atrás cuando en el año 200, Clemente de Alejandría indicó que ciertos teólogos egipcios asignaron no sólo el año sino también el día hipoteticamente real del nacimiento de Cristo como el 25 pashons copto -correspondiente al 20 de mayo de su año lunar-, en el vigésimo octavo año del reinado de César Augusto. Desde 221, en la obra Chronographiai, Sexto Julio Africano popularizó el 25 de diciembre como la fecha del nacimiento de Jesús. Para la época del Primer Concilio de Nicea en 325, la Iglesia Alejandrina ya había fijado el Díes nativitatis et epifaníae.
De este modo, años después, el emperador Constantino I el Grande promulgó un edicto en el que obligaba a sus súbditos a celebrar con suculentos banquetes dicho día como el del nacimiento de Jesucristo en coincidencia con la celebración pagana del nacimiento del Sol Invictus, de antiguo origen romano y dedicada al dios Saturno, con el fin de acercar a los paganos a fe de la iglesia católica oficial.
La primera mención de un banquete de Navidad en tal fecha en Constantinopla, data del 25 de didiembre de 379, bajo el obispo Gregorio Nacianceno. La fiesta fue introducida en Antioquía hacia el 380. El banquete de diciembre alcanzó Egipto en el siglo V. En todo caso, alrededor del año 386, los cristianos de Occidente celebraban la Natividad de Jesús de Nazaret el 25 de diciembre -fecha impuesta por influencia de Juan Crisóstomo, patriarca de Alejandría-, coincidiendo con el día más corto del año, el que da comienzo al solsticio de invierno en el hemisferio norte o boreal –el de verano en el hemisferio sur o austral- y el 6 de enero como el día de la Epifanía de Jesús.
En la actualidad el 25 de diciembre es aceptado como la fecha del nacimiento de Jesús de Nazaret por la Iglesia Católica, la Anglicana, algunas –no todas- iglesias protestantes y la Iglesia ortodoxa de Rumanía entre otras, sin embargo, el resto de Iglesias cristianas ortodoxas -como la rusa, por ejemplo- no aceptaron el cambio de calendario juliano hecho a instancias del papa Gregorio XIII y celebran la Natividad de Jesucristo la noche del 6 al 7 de enero.
Por lo tanto, para algunos historiadores la celebración de la Navidad histórica no es la correcta y debería situarse en la estación primaveral -entre abril y mayo-; y para otros, siguiendo el relato del Evangelio de  Lucas, versículo 2:8, que indica que “la noche del nacimiento de Jesús, los pastores cuidaban los rebaños al aire libre”, es muy poco probable que este acontecimiento hubiera ocurrido en el invierno del hemisferio norte y menos todavía en un pequeña aldea, Belén, a unos 8 km de distancia de Jerusalén.
A pesar de ello, en un antiguo tratado anónimo sobre solsticios y equinoccios se afirmaba que "Nuestro Señor fue concebido el 8 de las calendas de abril en el mes de marzo (25 de marzo), que es el día de la Pasión del Señor y de su concepción, pues fue concebido el mismo día en que murió". Si fue concebido el 25 de marzo, la celebración de su nacimiento se fijaría nueve meses después, es decir, el 25 de diciembre.
Por su propia conveniencia -y como ya se ha dicho sin ningún tipo de rigor histórico-, la Iglesia cristiana mantiene desde el siglo IV esa fecha como fecha convencional, puesto que en la primavera se celebra la Pascua.

¿Qué eran las fiestas saturnales o Saturnalia?

Festividad creada por Jano, el dios de las dos cabezas, en honor al dios Saturno -cuya celebración se databa el 25 de diciembre-, en conmemoración de su reinado el cual vino a conocerse como la Edad de Oro después de haber sido derrocado por su hijo, el dios Jupiter, y acogido en el seno del propio dios Jano.
En la mitologia romana, Saturno –identificado con el dios Crono de los griegos-, era el dios protector de la agricultura y las cosechas. A pesar de que el mito del dios romano Saturno se distanció de la influencia de su origen mitológico griego retuvo muchos elementos de sus funciones orignales tal y como lo describe el polifacético padre fundador de los Estados Unidos de América y promotor del liberalismo y la democrácia, el intelectual inglés,Thomas Paine el cual argumentó:
«Nos es imposible saber en qué momento comenzó la mitología pagana, pero es cierto, desde la evidencia interna que incluye, que no empezó en el mismo estado ni condición en el que terminó. Todos los dioses de esa mitología, salvo Saturno, eran de moderna invención. El supuesto reinado de Saturno fue anterior al que se llama mitología pagana, siendo hasta entonces una especie de teísmo que admitía la creencia en un solo Dios. Se supone que Saturno abdicó del trono en favor de sus tres hijos y una hija, Júpiter, Plutón, Neptuno y Juno; tras esto, miles de otros dioses y semidioses fueron creados imaginariamente, y el calendario de dioses creció tan rápido como el calendario de santos y el de cortes ha crecido desde entonces.»
Estas festividades eran mucho más antiguas que la propia fundación de Roma por parte de Rómulo y Remo y consistían principalmente en representar la igualdad entre todos los hombres en su origen. Daban comienzo la noche del 24 de diciembre de cada año. En un principio solamente duraban un día, es decir, hasta el anochecer del día siguiente, el 25, pero el emperador Augusto solicitó al Senado que su duración se prolongara durante los tres días siguientes, a los cuales, tiempo despues, Caligula les añadió un cuarto día de fiesta.
Durante la celebración de estas fiestas los esclavos gozaban de total libertad -es por ello que también se las conocía como “fiesta de los esclavos”-,y solamente se permitía el placer y la alegría; los tribunales cerraban sus puertas al igual que las escuelas, no estaba permitido hacer la guerra ni ejecutar a criminales, el único arte que se consentía era el de la cocina; se intercambiaban regalos y se ofrecían suntuosas y suculentas comidas. Además, ningún siervo podía trabajar para sus amos, sino al revés, y todos los habitantes de la ciudad acudían a monte Aventino para disfrutar del ambiente campestre.
En Roma se construyo, en el extremo occidental del Foro, un templo en honor a ese dios donde era guardado el erario romano debido a que en la época de Saturno –la Edad de Oro- no se cometían robos. Curiosamente su estatua estaba sujeta con cadenas de las que solamente se libraba durante la celebración de la Saturnalia.
Saturno solía ser representado como un anciano curvado por el peso de los años, sujetando una guadaña para señalar que presidía el tiempo. En muchos monumentos era representado con un velo, seguramente porque el tiempo es indeterminado y está cubierto con un velo impenetrable.
Los cartagineses ofrecían a Baal Hammon, el Saturno africano, sacrificios de niños recién nacidos siguiendo el rito feniciopúnico conocido como Molk. Según la tradición patrística, estos sacrificios iban acompañados de un alegre jolgorio y un gran estruendo de flautas y tambores con el objeto de que con su ruido se impidiera oir el llanto y los chillidos de los niños. Otras civilizaciones y culturas ofrecían –en esas mismas fechas- este mismo tipo de sacrificios humanos a sus dioses protectores de la agricultura, las cosechas o la fertilidad  tal y como ocurriera con los aztecas, los incas o los mayas siglos después.
Había una gran similitud  entre las fiestas Saturnales  y las carnestolesdas que les seguían y las que se hacían en el mes de marzo en otros pueblos, esto es debido a que tanto enero como marzo han sido considerados por diversas culturas como inicio del año. Enero fue el mes dedicado al dios Jano.

¿Por qué mintió la curia romana?

En su afán apologético y misionero, la Igesia Católica del siglo IV -y posteriores-, mantuvo esa clara falsedad  histórica con un único objetivo: hacer coincidir unas festividades paganas con la presunta fecha de nacimiento de Jesús de Nazaret. Con esa medida pretendían acercar a muchos de esos paganos al seno de la Santa Madre Iglesia Católica, Apostólica y Romana, y convertirlos al cristianismo. Es evidente que muchos de ellos lo hicieron más por temor a las represalias que conllevaban no cumplir con el edicto del emperador Constantino que no por sus verdaderas convicciones de fe.

Dónde nació Jesús ¿en Belén o en Nazaret?

Son muy pocas las evidencias históricas que nos permiten saber dónde nació realmente Jesucristo incluso si nos basamos en los Evangelios ellos mismos se contradicen por omisión. Pocos son los historiadores o cronistas de esa época -o posteriores- que nos permiten aclarar ese punto ¿dónde nació verdaderamente Jesús?
Los evangelistas, Mateo y Lucas nos dicen que Jesús nació en Belén. Sin embargo Mateo no precisa el lugar exacto, pero Lucas si señala que María, después de dar a luz a su hijo, “lo recostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón” (Lc 2:7).
El pesebre indica que el sitio donde nació Jesús era el lugar destinado para guardar el ganado lo que permite a Lucas deducir que esa era la señal que siguieron los pastores para adorar al Niño Dios (Lc 2:12-16). A pesar de ello en otros versículos de los mismos evangelios se utiliza la palabra del antiguo griego –idioma en el que estaban escritos- katályma que puede ser traducida como “habitación espaciosa de las casas, que podía servir de salón o cuarto de huéspedes”. Son dos las ocasiones en las que Lucas y Marcos hacen mención a la misma, en Lc 22:11 y Mc 14:14. Posiblemente, los evangelistas querían señalar con sus palabras que el lugar donde nació Jesús no permitía preservar la intimidad del acontecimiento. Lo mismo ocurre con las narraciones de Justino (Diálogo con Trifón, 78) el cuál  afirma que Jesús nació en una cueva, o las de  Orígenes (Contra Celso, 1:51) que afirma lo mismo; o los evangelios apócrifos: Protoevangelio de Santiago, 20; Evangelio árabe de la infancia de Jesús, 2; y Pseudo-evangelio de Mateo,  13.
Puestas así las cosas surge otra nueva duda: ¿Dónde nació Jesús en un pesebre, en un gran aposento o en una cueva?
Los cristianos primitivos optaron por decir a la posteridad que Jesús nació en un pobre pesebredonde se guardaban animales y que recibió su primer calor terreno por parte de un asno y de un buey.
Hoy en día, la fe cristiana, sigue manteniendo esa creencia aunque, evidentemente, no está probada con absoluta rigurosidad pues, a ciencia cierta, nada se sabe como tampoco es sabido el lugar exacto donde vino al mundo  el recién nacido y si preguntáramos a cualquier persona creyente probablemente nos contestaría que en Belén según defiende la tradición católica. Pero, ¿qué nos dicen los evangelios en lo concerniente al lugar donde nació Jesús de Nazaret?
Solamente los evangelistas Mateo y Lucas narran que Jesús nació en una aldea llamada Belén situada a escasos 8 km de Jerusalén. Sin embargo, otras narraciones son palpablemente diferentes y, en algunos casos, hasta contradictorias.
Lucas afirma que los padres de Jesús vivían en Nazaret de Galilea y se trasladaron a Belén para cumplir con el mandato de Roma que imponía a cada habitante del imperio censarse en su lugar de origen y el lugar de origen del carpintero José –el padre putativo de Jesús- era Belén y estando en esa aldea, María, su madre -que estaba encinta-, parió.
Pues bien, a esa misma circunstancia Mateo, en su narración evangélica, nos da a entender que Jesús nació en Belén porque María y José vivían allí  sin hacer ninguna mención alguna a que antes del parto vivieran en Nazaret, Galilea, tampoco hace ninguna mención a la confección del censo de Quirinio ordenado por la Roma imperial.
Aún con estas diferencias, los dos evangelistas dicen explícitamente que Jesús nació en Belén. Entonces, ¿por qué al referirse a Jesús no le llaman Jesús de Belén y sí, en todas las ocasiones, lo hacen como Jesús de Nazaret? En ningún otro pasaje de estos dos evangelios se hace referencia a Jesús como nativo de Belén, al contrario, siempre se hace referencia a él como Jesús de Nazaret. Aparentemente, aquí hay una gran contradicción.
¿Por qué el evangelio de Marcos -que fue el primero en escribirse hacia el año 65 de la Era Común-, y el de Juan -que fue el último y se presume que fue escrito hacia el año 95 de la misma-, no dicen directamente nada del nacimiento de Jesús y, sin embargo, dan a entender que nació en Nazaret de Galilea?
Todos los personajes del evangelio de Marcos conocen a Jesús como Jesús de Nazaret. No hay ni un solo dato en este evangelio que haga pensar que Jesús nació en Belén y sí muchos que indican que nació en Nazaret. Al respecto es muy significativa la afirmación hecha por el propio Jesús –según nos narra Marcos en su Evangelio- sobre el desconcierto y escándalo que provocaron sus palabras y hechos acontecidos en Nazaret: “Y Jesús les dijo: un profeta sólo en su patria, entre sus parientes y en su casa es despreciado" (Mc 6:4). También indica al principio del mismo capítulo 6 cuando Jesús retorna a Nazaret: “vino a su patria, y sus discípulos le siguieron" (Mc 6:1). De esta forma,  Marcos, al utilizar la palabra patriada a entender que el lugar de nacimiento o la tierra natal de Jesús es, precisamente Nazaret y no Belén.
Juan, en su Evangelio, tampoco dice explícitamente nada sobre el nacimiento de Jesús pero parece afirmar, de manera implícita, que nació en Nazaret. Así pues, nos narra en Jn 7:41-52 que en la discusión mantenida por algunos judíos sobre si Jesús era el verdadero Mesías hay quienes lo niegan dado su origen nazareno y dicen: "¿Acaso va a venir el Mesías de Galilea? ¿No afirma la Escritura que el Mesías tiene que ser de la familia de David y de su mismo pueblo de Belén?" Y más adelante se dice: "Investiga las Escrituras y llegarás a la conclusión de que los profetas jamás han surgido de Galilea". Parece que todos conocen el origen nazareno de Jesús y nadie sale a defender que Jesús sea originario de Belén.
También en el Evangelio de Juan, como en el de Marcos, Mateo y Lucas, y en los Hechos de los Apóstoles y en las Cartas de Pablo así como en el resto de los escritos del Nuevo Testamento nunca se habla de Jesús como Jesús de Belén sino siempre como Jesús de Nazaret. Es importante recordar que a los judíos se les nombra en la Biblia por el lugar de nacimiento o por el nombre del padre. Sólo hay dos menciones en los Evangelios (Mt 2 y Lc 2) que vinculen a Jesús con Belén y en contraposición hay veinte alusiones en los mismos Textos Sagrados que vinculen a Jesús con Nazaret al referirse a él como Jesús de Nazaret.
Después de este análisis, la pregunta sigue en pie: ¿Dónde nació realmente Jesús? La respuesta más probable es que en Nazaret de Galilea, aunque no sería descartable completamente la posibilidad menos factible de su nacimiento en Belén. Y si bien nació en Nazaret, ¿por qué Mateo y Lucas dicen explícitamente que lo hizo en Belén? Quizás la respuesta más razonable a esta pregunta es que los evangelistas, así como el resto de los escritores posteriores, pretendían únicamente acomodar una historia a sus intereses de fe para demostrar, de esta forma, que Jesús fue el auténtico Mesías esperado por el pueblo judío obviando alevosamente la verdad histórica de que Jesús nació en Nazaret de Galilea y no en Belén. El propio papa Benedicto XVI ambientó el año pasado el tradicional nacimiento, que se ubica todas las navidades en la plaza de San Pedro, en Nazaret y no en Belén.

¿En qué año nació Jesús de Nazaret?

Una bula papal, la Inter Gravissimas, promulgada el 24 de febrero de 1582 por el papa Gregorio XIII vino a cambiar el anterior calendario juliano establecido por Julio César en 46 a.e.c. con el fin de solventar sus desfases estacionales de una forma definitiva siendo, a día de hoy, el calendario oficial utilizado por la mayoría de los países del Planeta.
Años antes, en 607 de nuestra Era, el papa Bonifacio IV utilizando los cálculos realizados por el monje rumano Dionisio el Exiguo  durante los años 526 a 530, oficializó el año primero de nuestra Era Común haciéndolo coincidir con el año de nacimiento de Jesús de Nazaret. Sin embargo, la datación del monje contenía algunas inexactitudes como se verá a continuación.
En el año 525, a través del obispo Petronio -que seguía las instrucciones del papa Juan I-, se ordenó a Dionisio el Exiguo que estableciera con sus cálculos el año primero de la era cristiana como el del nacimiento de Jesús de Nazaret. La pretensión papal era la de realzar la figura de Jesucristo en detrimento de la de Diocleciano, emperador romano que persiguió constantemente a los cristianos.
Hasta esa época se utilizaban los cómputos romanos que contaban los años desde la fundación de Roma, es decir, ab urbe condita, abreviadamente a.u.c. El problema es que Dionisio se equivocó en unos  4 a 7 años al datar el reinado de Herodes I el Grande, por lo que dedujo que Jesús nació el año 753 a.u.c. desde la fundación de Roma, cuando debió suceder aproximadamente hacia el 748 a.u.c. Desde entonces el modo en qué contamos los años en occidente toma por origen el nacimiento de Jesús, o así lo pretende.  Al haberse equivocado en sus cálculos resulta que Jesús no vino al mundo cuando se le suponía. ¿Cuándo nació entonces Jesús de Nazaret?
Los escasos datos de los que se disponen referentes al nacimiento de Jesús son las referencias bíblicas del Nuevo Testamento y es a partir de ellas que tendremos que recurrir a la Historia para obtener datos concretos.

Referencias bíblicas

Sólo hay dos referencias en la Biblia acerca de la Natividad. La primera -y la más completa- la encontramos en el evangelio de Mateo, donde podemos tomar las primeras notas para cercar la fecha del nacimiento de Jesús y, de paso, encontramos la primera referencia a la Estrella de Belén:

“Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron del Oriente a Jerusalén unos magos diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente y venimos a adorarle. Oyendo esto, el rey Herodes se turbó, y toda Jerusalén con él.
(Mateo, 2:1-3)

En segundo lugar, el Evangelio según Lucas nos dice:

“Aconteció en aquellos días, que se promulgó un edicto de parte de Augusto César, que todo el mundo fuese empadronado. Este primer censo se hizo siendo Cirinio gobernador de Siria. E iban todos para ser empadronados, cada uno a su ciudad. Y José subió de Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por cuando era de la casa y familia de David; para ser empadronado con María su mujer, desposada con él, la cual estaba encinta. Y aconteció que estando ellos allí, se cumplieron los días de su alumbramiento. Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón. Había pastores en la misma región, que velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño”
(Lucas, 2:1-8)

No hay más que prestarle un poco de atención a estos textos para extraer algunas conclusiones. Según se indica, al nacer Jesús:

1.       Reinaba Herodes.
2.       Se estaba realizando un censo de población por orden de Augusto César.
3.       Cirinio o Quirino era gobernador de Siria.

Así, si recurrimos a los datos históricos:

·         Herodes el Grande, rey de Judea, nació el 73 a.e.c. y según los historiadores modernos murió después de un eclipse de Luna que pudo verse desde Jericó y antes de la Pascua Judía. Dicho eclipse podría corresponderse con el sucedido el 13 de marzo del año 4 a.e.c. Por tanto, Herodes el Grande pudo haber muerto a finales de marzo o a principios de abril de dicho año. Así podemos establecer una primera acotación en las fechas: la Natividad debió acontecer antes del 4 a.e.c. Ahora bien, si volvemos al Evangelio de Mateo tenemos que:
“Herodes entonces, cuando se vio burlado por los magos, se enojó mucho y mandó matar a todos los niños menores de dos años que había en Belén y en todos sus alrededores, conforme al tiempo que había inquirido de los magos.”
(Mateo, 2:16)
Si el hecho fue así, Jesús tendría como mucho dos años al dictar Herodes la degollación de los santos inocentes. Por lo que, basándonos en el Evangelio de Mateo, podríamos establecer una fecha para la Natividad entre el 7 a.e.c. y el 5 a.e.c.

·         Realización de un censo. Se sabe que Augusto César mandó realizar censos con carácter tributario en tres ocasiones durante sus cuarenta años de gobierno. Los censos fueron realizados en los años 28 a.e.c., 8 a.e.c. y 14 de la Era Común, respectivamente.

·         Quirino era gobernador de Siria. Hoy en día sabemos que Cirinio o Quirinius no fue gobernador de Siria antes del 6 e.c. Sin embargo, anteriormente desempeñó cargos gubernamentales desde los años 6 y 5 a.e.c. ¿Serían estos cargos a los que se referiría Lucas?
Por lo tanto, el margen de fechas que obtenemos del Evangelio de Lucas es más amplio: del 8 a.e.c. al 14 de la Era Común.

El error del calendario de Dionisio el Exiguo

El método que usó Dionisio se basó en confeccionar una tabla en la que aparecerían los emperadores y cónsules romanos desde adelante hacia atrás, contando los años que habían gobernado cada uno de ellos. El método funciona pero Dionisio se equivocó. En primer lugar marcó el año del nacimiento de Jesucristo como el año 1 -origen, por cierto, de la polémica de finalización del siglo- y, por lo tanto, no tuvo en cuenta el número cero ya que era desconocido y, por lo tanto, no utilizado en esa época. Por otra parte, no contó tampoco con que Augusto César había gobernado con su verdadero nombre, Octavio, durante cuatro años. Por consiguiente, se deduce una diferencia de cinco años. Según el sistema de Dionisio y nuestro calendario actual, la fecha de la Natividad correcta sería el 5 a.e.c.
Algunos investigadores, entre los que se encuentra Mark Kidger del Instituto de Astrofísica de Canarias, creen posible la determinación aproximada del 5 de la Era Común como el año en que nació Jesús. Es evidente que esta hipótesis conlleva cierta dosis de imprecisión y por eso se representa como tal.
Conclusión

De cualquier forma, lo importante no es el día, el año o dónde nació Jesús de Nazaret, lo importante es que un ser tan excepcional vino al mundo y más de dos mil años después de su nacimiento aún siguen y perduran sus enseñanzas.
En estas fechas nos toca recordar y celebrar este especial acontecimiento. Hagámoslo en Paz y Fraternidad con todos los seres que habitan la Tierra y, como dicen las Escrituras: «Gloria a Dios en las Alturas y, en la Tierra, paz a los hombres de buena voluntad». Amén.

Jaime Bel Ventura
Diciembre 2011.